La consejera de Educación y Formación Profesional (FP), Esther Niubó, lleva más de cien días enfrentando el reto de recuperar la confianza de la comunidad educativa con la administración catalana. Una confianza que se ha ido fragmentando, poco a poco, en los últimos años, debido a las decisiones del exconsejero Josep González Cambray -las cuales pusieron a los sindicatos de docentes en pie de guerra- y las posteriores políticas de su sucesora, Anna Simó. Una de las prioridades de la nueva titular de la cartera, tal como dejó claro desde su primer día al frente del Departamento, es continuar incrementando el número de docentes en las escuelas catalanas después del polémico macroproceso de estabilización del pasado 2023. Para ello, la nueva consejera se comprometió a abrir nuevas plazas para el próximo curso. De hecho, el pasado 18 de noviembre Niubó anunció en la mesa sectorial de educación -donde participan varios agentes de la comunidad educativa- la convocatoria de oposiciones ordinarias para 495 plazas de profesor de enseñanza secundaria con el fin de seguir trabajando en reducir las ratios en las aulas.

Concretamente, las asignaturas donde la consejería ofrece más plazas son matemáticas (93), orientación educativa (86) -esenciales para potenciar la orientación de los alumnos, uno de los grandes objetivos de la nueva consejera, especialmente para la formación profesional-, lengua catalana (61) e inglés (59), ya que son las materias donde, según detallan desde la consejería -y confirman los sindicatos de docentes-, se necesita más refuerzo de profesorado. Para los sindicatos de docentes consultados por El Món, sin embargo, la convocatoria de estas casi quinientas nuevas plazas es «insuficiente» para paliar una de las grandes carencias estructurales del sector: «Consideramos que esta convocatoria es completamente insuficiente», argumenta la portavoz nacional de USTEC, Iolanda Segura. Desde el sindicato mayoritario de educación consideran que, de entrada, la convocatoria de estas 495 plazas «no garantiza» ningún cambio en la falta de docentes en la escuela pública -una de las principales quejas de las organizaciones sindicales. Por su parte, el portavoz de la Intersindical, Marc Martorell, apunta que la última convocatoria de oposiciones solo lima la superficie de la problemática: «Debemos tener en cuenta que faltan cerca de 400 docentes de media [para cubrir las plantillas de todos los centros educativos] a la semana», lamenta el sindicalista.

El presidente de uno de los tribunales en las oposiciones de docentes da instrucciones a los aspirantes, antes de comenzar la prueba en la sede de la EOI Guinardó, en Barcelona / ACN

El horizonte de bajar las ratios

La consejería ha convocado estas nuevas plazas de docentes para las materias donde se requiere más refuerzo de personal con el objetivo de incorporarlos al sistema educativo de cara al próximo curso, lo que permitiría dar un paso más en las políticas de reducción de ratios -una de las máximas de la consejería de Educación. Para los sindicatos de docentes, sin embargo, esta nueva partida de plazas no es suficiente: «Son demasiadas pocas plazas. Así no se pueden bajar las ratios», sentencia el portavoz de la Intersindical. En esta línea, la portavoz de CCOO, Lorena Martínez, insiste en la importancia de reducir el número de alumnos por aula para trabajar en profundidad «la diversidad» y atender todas las necesidades de los estudiantes: «No puede ser que haya centros en los que tengan treinta alumnos por cada profesor», asevera la sindicalista, que considera que las nuevas plazas de oposición que ofrece el departamento son una «tirita» para tapar un problema mayor: «Puede mejorar algo, pero es evidente que no resuelve la falta de docentes», añade.

Para la portavoz nacional del sindicato mayoritario de educación, esta convocatoria «insuficiente» de oposiciones es una muestra de políticas conservadoras por parte de la nueva responsable de la cartera de Educación: «Quieren evitar que se reproduzca el desorden que se produjo con las adjudicaciones de verano [en referencia al caos ocasionado por el retraso de la publicación de la lista definitiva de docentes para este curso, a la cual la anterior consejería atribuyó a un «problema técnico»]», argumenta Iolanda Segura, que considera que el departamento continúa «protegiendo» el decreto de plantillas y los «nombramientos a dedo» con la convocatoria de las nuevas oposiciones. A pesar de la desconfianza, sin embargo, algunas organizaciones sindicales, como CCOO, ven con buenos ojos el primer paso de la consejería para incrementar el número de profesionales en el sistema educativo: «Está muy bien que se vayan sacando nuevas plazas a oposición, no puede volver a pasar como con el anterior Gobierno», afirma Lorena Martínez, que critica que salieron «muy pocas» plazas de docente a concurso público durante la legislatura de Pere Aragonès -la mayoría concentradas en el polémico macroproceso de estabilización que se llevó a cabo en junio de 2023.

La consejera de Educación, Esther Niubó, en una imagen de archivo / Departamento de Educación

Un «cambio estructural» en Educación

Los sindicatos de docentes consideran que la convocatoria de nuevas oposiciones ordinarias es un primer paso para revertir una de las grandes problemáticas de la escuela catalana, pero aún es «insuficiente», ya que no resuelve la falta de profesionales ni reduce significativamente el número de interinos que trabajan en el sistema educativo. De hecho, la portavoz nacional de USTEC insiste en la importancia de «compensar económicamente» a todas las personas que participan en los procesos de estabilización -a través de oposiciones-, pero no obtienen plaza fija. Es decir, que continúan en situación de interinidad. Una reclamación que desde la administración catalana se han comprometido a cumplir, según indican desde el sindicato mayoritario.

Para las organizaciones sindicales, sin embargo, además del incremento de docentes en las escuelas e institutos, son necesarios «cambios estructurales» en educación para paliar las carencias endémicas del sector y revertir los «malos resultados» en matemáticas -tal como ha constatado el último estudio TIMSS– y lengua. Una de las propuestas de la consejería para mejorar el nivel de los estudiantes en estas materias es la creación de un posgrado interuniversitario y dos diplomas de experto -equiparables a un posgrado- para «profundizar» las competencias de los docentes, tanto de primaria como de secundaria, en matemáticas y lengua, ya que consideran que es una de las piezas clave para revertir la tendencia actual. Una propuesta que, de entrada, las organizaciones sindicales no ven con malos ojos: «A priori, cualquier tipo de formación es positiva. Ahora bien, hay que ver si hay incentivos económicos para hacerla, el costo de los catedráticos…», argumenta Marc Martorell. El sindicalista advierte que esta propuesta del departamento no dará los frutos deseados si no se acompaña de más recursos económicos: «Sin más dinero, las cosas no acaban funcionando. Hay un desmantelamiento de los servicios públicos y falta voluntad política para combatirlo», exclama el portavoz de la Intersindical. Así pues, las organizaciones sindicales del sector consideran que la convocatoria de nuevas oposiciones es un buen primer paso para enfrentar los retos de educación, pero advierten que aún se necesitan más cambios para combatir las carencias endémicas del sector.

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