La consejera en funciones de Educación, Anna Simó, ha asegurado que los centros de bachillerato tendrán un mínimo de dos lecturas que tendrán que trabajar obligatoriamente durante el curso. Ahora bien, estas no vendrán dictaminadas desde la consejería, sino que los mismos centros tendrán «autonomía» para escogerlas. Así lo ha asegurado la responsable de la cartera para calmar los ánimos después de que Educación anunciara que las lecturas obligatorias en catalán y castellano dejarían de ser obligatorias en las pruebas de acceso a la universidad (PAU) a partir del 2025. Un anuncio que cambia completamente la manera de evaluar las competencias literarias de los alumnos que se examinan. En varias publicaciones en las redes sociales, ha defendido que de este modo el centro podrá seleccionas las obras o hacer nuevos itinerarios. «Las lecturas obligatorias no desaparecen, pasarán a ser escogidas desde los centros», ha manifestado la consejera para intentar calmar los ánimos de la comunidad educativa.

Ante la incertidumbre sobre el nuevo funcionamiento, Simó también ha querido dejar claro que los centros de bachillerato recibirán indicaciones y orientaciones sobre cuáles criterios hay que seguir por trabajar las lecturas durante el curso, puesto que, de este modo, a pesar de no tener una lectura fija y obligatoria para todo el mundo, pueden establecer unos criterios de evaluación comunes para el momento que los alumnos se tengan que enfrentar a las pruebas de selectividad. La consejera ha explicado también que ya se han publicado ejemplos de exámenes con rúbricas de corrección y una guía que explica cómo trabajar las lecturas en el bachillerato, con ejemplos de itinerarios y actividades.

Los estudiantes en el primer examen de selectividad del 2022 / ACN
Los estudiantes en el primer examen de selectividad del 2022 / ACN

Defensa del nuevo currículum

El principal motivo que ha despertado las dudas sobre las lecturas obligatorias es como se evaluará este contenido con el nuevo currículum de las PAU. En este sentido, el director general de Innovación Educativa, Digitalización y Currículum, Joan Cuevas, ha asegurado que las pruebas de la selectividad dejarán de tener preguntas memorísticas sobre las obras, pero plantearán fragmentos otros libros, sobre los cuales se tendrán que relacionar con otros textos. Cuevas defiende que esta manera de trabajar «no es nueva», sino que ya se ha hecho en otros países y asegura que «permiten trabajar los aspectos débiles de las PISA«, como por ejemplo la capacidad de relación de los alumnos entre obras y épocas. De hecho, la falta de argumentación y comprensión lectora es uno de los detonantes del naufragio de Cataluña en estas pruebas internacionales.

Para el director general de currículum, el anuncio de este miércoles ha generado un «falso dilema» sobre las lecturas obligatorias, puesto que defiende que eliminarlas de la selectividad no implica suprimirlas del curso educativo. De hecho, tal como ha asegurado la responsable de la cartera, todavía se exigirán un mínimo de dos obras obligatorias a trabajar durante todo el año: «El punto clave es como trabajar estas obras y como se puede mejorar la manera de evaluar de las PAU», concluye Cuevas.

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