Los Bomberos de la Generalitat detectan hasta 2.600 edificios con patologías al año en Cataluña, de los que unos 60 acaban colapsando. Así lo ha asegurado el jefe del Grupo de Estructuras Colapsadas de los Bomberos de la Generalitat, Ivan Bagan en una entrevista en la agencia Europa Press.

La citada unidad de los Bomberos está formada por arquitectos e ingenieros. Entre los años 2020 y 2022, este grupo hacía unas 20 actuaciones anuales, pero en 2023 se doblaron, llegando a las 43. Se trata de intervenciones muy parecidas a las que se han realizado este 2024 en Badalona, donde el derrumbamiento de un edificio mató a tres personas, o en Esplugues del Llobregat, donde se desalojaron 38 personas de una finca medio en ruinas.

¿Cómo actúa esta unidad de los Bomberos?

Cuando algún vecino da un aviso de que ha encontrado grietas en su piso, se activa el parque de Bomberos más próximo para hacer una valoración y, en caso necesario, la unidad de los Bomberos hace un desalojo preventivo y el arquitecto municipal es quien decide si lo prolonga. «Nosotros lo que intentamos es ver cuál es el mecanismo de colapso, si ha caído el forjado, si ha habido una explosión o si hay agua, además de ver si es un hecho evolutivo, que puede continuar agrietándose, caer o dañar el inmueble o a terceras personas. En este caso, intervenimos de urgencia», ha añadido Bagan.

Dos vecinos sacan pertenencias de un bloque desalojado en la calle Canigó de Badalona / Jordi Pujolar (ACN)
Dos vecinos sacan pertenencias de un bloque desalojado en la calle Canigó de Badalona / Jordi Pujolar (ACN)

En declaraciones a Europa Press, el arquitecto y director del Posgrado en Rehabilitación de la Escuela Sert del Colegio de Arquitectos de Cataluña, David Lladó, ha remarcado la importancia de buscar la causa que ha provocado las grietas en un edificio y pronosticar por qué se han producido: «Tenemos que ir siempre a la causa y actuar sobre el síntoma, que es la grieta».

Parque de edificios envejecido

Lladó ha explicado también que los edificios tienen diferentes periodos de garantía –10 años para las estructuras; tres para las cubiertas, fachadas e instalaciones, y un año para los acabados, como la pintura– y, fuera de estos periodos, «el problema es de los usuarios y propietarios, que tienen el deber de mantenerlos».

En Cataluña, un 50% de las viviendas se construyeron entre los años 50 y 70, por lo que hay «un parque de viviendas envejecido».

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