«Hacía días que olía en el ambiente, se sospechaba, o incluso, se veían tiros, pero sin llegar a estallar, pero ahora la cosa va sin frenos». Este es uno de los comentarios de militantes de ERC que viven estos días la batalla de poder dentro de ERC entre Marta Rovira i Oriol Junqueras. Una guerra que ha tenido el factor causante de una división en el liderazgo del partido, un factor desencadenante cómo es la pérdida ingente de apoyo electoral en las cuatro últimas convocatorias y un factor detonante cómo es la diabólica aritmética electoral del 12 de mayo y la posibilidad de pactar con Pedro Sánchez la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.

Esquerra Republicana intentaba esquivar la difusión de la crisis interna, pero la retirada de Oriol Junqueras para recorrer el país y preparar una virtual reelección ha provocado un movimiento de placas tectónicas en el poderoso sector de la dirección del partido y de los cargos del Gobierno catalán. El estallido se ha sellado con un manifiesto para segar la hierba bajo los pies al hombre que era presidente de la formación hasta el lunes de la semana pasada con la excusa del retorno de la izquierda nacional, una construcción ideológica del independentismo de izquierdas que puso en marcha Josep-Lluís Carod-Rovira el 1 de noviembre de 1986. El manifiesto firmado inicialmente por 309 líderes y exlíderes de la formación y cargos de Gobierno ha sido la puesta de largo de un sector que quiere entorpecer el retorno de Junqueras y, incluso, su virtual candidatura a liderar una lista, si hay elecciones anticipadas en el mes de octubre y ya se le ha aplicado la amnistía.

Los dos bandos dentro del partido

El documento, que este lunes por la tarde ya superaba más de 450 firmas, ha hecho pública la trifulca interna por el poder dentro del partido, mientras se negocia la nueva situación política con un nuevo concepto en el vocabulario del Procés, la «financiación singular». El manifiesto es poner negro sobre blanco y de manera pública el que se puede calificar de dos bandos dentro de la formación. Por un lado, los roviristas, que critican la estrategia impuesta por Oriol Junqueras; por el otro, los junqueristas, que insisten en que no tienen nada que ver con la gestión del Gobierno catalán y de sus decisiones, como por ejemplo, el repentino adelanto electoral con la idea de esquivar la sequía, hacer coincidir los comicios con el caso Koldo para ensuciar la imagen de Salvador Illa como gestor y con la creencia de que Carles Puigdemont preferiría ser candidato europeo. «En todo caso, estas decisiones tuvieron el apoyo de muchos firmantes y de Rovira en particular», advierten fuentes del entorno de Junqueras.

Ahora la batalla ya es pública. «Parece que un papel firmado por personas que quieren echar Junqueras para continuar cortando el bacalao en la dirección», coinciden fuentes del círculo del expresidente de la formación. De todas maneras, el equipo de Junqueras no teme este movimiento, ni mucho menos. De hecho, remarcan: «Quizás ellos tienen los cargos, pero nosotros tenemos las bases». «Incluso, hay detalles clamorosos como por ejemplo errores en el nombre de los pueblos», añaden. De hecho, es interesante saber quién no ha firmado el manifiesto, como el secretario segundo de la Mesa del Parlamento, Juli Fernàndez, Gabriel Rufián o Lluís Salvadó, pendiente de juicio al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por la organización del Primero de Octubre. «No sé si se percibe así, pero es intentar dar un puntapié a un presidente de la formación que ha estado cuatro años en prisión, ha sido el protagonista de la doctrina Junqueras en Europa y todavía está inhabilitado», apuntan serrando los dientes otras fuentes. Tampoco firma Eva Baró, la presidenta de la poderosa federación regional de Barcelona, responsable del fiasco del congreso extraordinario para decidir si ERC entraba o no en el gobierno municipal de Jaume Collboni.

Por su parte, los roviristas hacen bandera de su posicionamiento, conscientes de la unión de intereses de Rovira y Pere Aragonès, así como de Josep Maria Jové, también a punto de juicio en el TSJC por su relación con el Primero de Octubre. «Este manifiesto lo puede firmar todo el mundo», aseguran varios firmantes. «Es lo que quiere la mayoría del partido, la izquierda nacional», añaden. «No es un manifiesto contra Junqueras», insisten otras fuentes de los firmantes. «El documento lo único que recoge es que se necesitan nuevas ideas y llegar otra vez a la ciudadanía», aducen. «La izquierda nacional son las dos caras de la misma moneda», arguyen. «Si hubiera sido un documento contra Junqueras no lo habría firmado», señala uno de los prohombres firmantes.

Silencio del partido y portavoces oficiosos

A pesar del lío, la formación evita hacer comentarios en público y guarda silencio porque todavía queda un largo camino para el congreso extraordinario que se tiene que celebrar el 30 de noviembre, pero los cuadros del partido ya se están moviendo y la tensión es máxima. El manifiesto en sí reclama una renovación de la dirección y la sombra de Marta Rovira se hace notar. De hecho, Rovira ya reclamó «nuevos liderazgos» a ERC cuando anunció que no optaría a la reelección como secretaria general en una ejecutiva maratoniana. Un mes después, y con un manifiesto de por medio, esta petición también tiene el aval de hasta sets miembros del actual Gobierno catalán en funciones: la vicepresidenta, Laura Vilagrà; los consejeros Roger Torrent, Ester Capella, David Mascort, Meritxell Serret i Manel Balcells; y el viceconsejero Sergi Sabrià. También ha recibido el apoyo de varios diputados y diputadas, tanto del Parlamento como del Congreso, y de senadores del partido y muchos exdirigentes de la formación republicana, como por ejemplo Joan Puigcercós, Joan Ridao, Xavier Vendrell, Ernest Benach, Marina Llansana, Alba Vergés, Joan Manuel Tresserras, Marta Cid y Oriol Amorós.

Los diferentes portavoces del manifiesto se han apresurado a contextualizar el documento y han evitado aclarar si la propuesta quiere ser una alternativa a Oriol Junqueras. El alcalde de Manresa, Marc Aloy, que ha actuado de portavoz en una entrevista en TV3, ha evitado señalar directamente a Oriol Junqueras, pero ha dejado entrever que el hasta ahora líder del partido no debería repetir en el cargo. «No es una alternativa a Junqueras», ha dicho, pero ha subrayado que «estamos al final de un ciclo». La exdiputada y secretaria nacional de ERC Alba Camps ha hecho un discurso similar en una entrevista en la Cadena SER, donde ha pedido «nuevos liderazgos» al partido y aprovechar «el gran conocimiento, experiencia e ideas innovadoras que tienen militantes del partido», que, ha querido dejar claro Camps, tienen «un gran talento».

Marta Rovira, en el momento de dirigirse al Consejo Nacional de ERC de esta mañana/Marc Puig
Marta Rovira, en el momento de dirigirse al Consejo Nacional de ERC de este fin de semana / Marc Puig

Joan Tardà levanta el dedo en defensa de Junqueras

El clima de guerra interna dentro del partido se evidencia con la reacción que ha tenido el exportavoz republicano en Madrid Joan Tardà, enfadado con los impulsores del texto y, además, haciendo una defensa enconada de Junqueras. «Lamento no haber sido suficientemente merecedor de formar parte de los 300 firmantes [los 309 iniciales]», ha manifestado en un comentario en la red social X. Tardà, un junquerista convencido, ha acusado a los impulsores del manifiesto de querer enviar Junqueras «a la papelera». Unas palabras que han contado con el visto bueno del actual líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, otra persona del sector junquerista que durante la campaña de Pere Aragonès para revalidar la presidencia de la Generalitat llegó a decir en un acto electoral que su sueño era ver Oriol Junqueras de presidente de la Generalitat.

Una guerra interna con el PSOE presionando para investir a Illa

Todo este follón, además, se produce en medio de las negociaciones para una eventual investidura y con el PSOE y Pedro Sánchez presionando para que los republicanos accedan a hacer Salvador Illa presidente de la Generalitat. ERC intenta separar una carpeta de la otra, pero el presidente español ha puesto la maquinaria en marcha abriendo la puerta a una financiación singular para Cataluña, una de las demandas de los republicanos para negociar la investidura del líder del PSC. Pero no es la única, porque también han puesto sobre la mesa otras cuestiones como el referéndum, el estado del bienestar y el catalán.

De momento, los republicanos han aguantado el golpe y han acusado a Sánchez de querer liarlos. «Que no confunda”, ha reclamado este lunes la portavoz de ERC, Raquel Sans, en la rueda de prensa posterior a la Permanente del partido, que no ha querido hacer ningún posicionamiento público sobre el manifiesto más allá de remarcar que desde ahora y hasta el 30 de noviembre, cuando se celebrará el congreso, pueden surgir más. Sobre la «maniobra» de Sánchez, Sans se ha limitado a recordar que Esquerra solo aceptará una financiación singular que sitúe a Cataluña “fuera del régimen común” y, además, ha subrayado que cualquier acuerdo que pueda cerrar la dirección está sujeto a la decisión de la militancia.

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