«La historia se repite y esperamos que no sea en forma de parodia». Este es el comentario de un viejo militante de ERC con más horas de servicio que el palo de la bandera de la sede de Calabria ante la situación actual de la formación. Todo ello por el recuerdo del congreso del año 2008 al Fòrum de Barcelona. Un cónclave al cual se llegó después de una batalla fratricida entre cuatro candidaturas que, finalmente, acabó ganando la candidatura continuista de los
La biosfera del 2008 era diferente pero con disparos parecidos al actual. ERC formaba parte del segundo tripartito liderado por el presidente José Montilla, fórmula que el aparato de entonces defendía con entusiasmo, pero con una oposición interna que iba creciendo y que abonaba las consultas populares por la independencia, que algunos miembros de la dirección de entonces tildaban de
Ahora, el partido ha apoyado a la investidura del líder del PSC, Salvador Isla, después de tres batacazos electorales, la última de las cuales lo ha echado de la Generalitat. Además, vive una convulsión interna entre dos aparatos, que presentan sendas candidaturas. Por un lado, los junqueristes articulados a Militancia Decidimos, alrededor de la figura de Oriol Junqueras; por la otra, los de la actual dirección de Calabria, integrados con el nombre Nueva Esquerra Nacional, con Teresa Jordà, Alba Camps, Xavier Godàs y Marc Aloy como jefes visibles; y dos propuestas alternativas, Fuego Nuevo, candidatura espoleada por Alfred Bosch, Jordi Orobitg, Joan Puig i Helena Solà, así como los octubristes, alineados con la candidatura R

Como el año 2008
Si todas las candidaturas recogen las firmas que los hacen falta como aval y no llegan a ningún pacto entre ellas, los 8.600 militantes de los republicanos tendrán cuatro opciones para votar en el congreso del 30 de noviembre. Todo ello, como el año 2008. Entonces, las candidaturas también fueron cuatro y con diferencias estratégicas y orgánicas muy diferentes. En primer término, la candidatura de Puigcercós como presidente y Joan Ridao como secretario general. Una candidatura formada por cuadros dirigentes, con bastante capilaridad en el territorio y que llegaba después de una agotadora batalla con Josep-Lluís Carod-Rovira, que había renunciado a la reelección.
De hecho, el carotisme no se quedó con los brazos cruzados. Antes al contrario. Carod avaló una candidatura del «clan de la avellana» con dos nombres de peso dentro del partido, ERC Futuro. Por un lado, el entonces presidente del Parlamento, Ernest Benach, y el entonces actual secretario general de la vicepresidencia, Rafael Niubò, un hombre de hierro del partido y que conocía bien los agujeros de la administración. De hecho, Niubò fue el encargado de dar de baja el carné de Carod cuando el expresidente de la formación lo desgarró.
La tercera candidatura fue la liderada por Joan Carretero y Rut Carandell como aspirantes a presidente y secretaria general de ERC, respectivamente. La candidatura se aprobó en un mitin de la corriente interna de ERC Reagrupamiento Independentista, que se celebró en Manresa (Bages) con el lema

El destino negro de las cuatro candidaturas del 2008
El 7 de junio de 2008, en el congreso del Foro supuso el principio del fin de una etapa y de los liderazgos. De hecho, hubo un intento de pacto entre los
Las heridas abiertas por la división continuaron sangrando con aires de bolero. Puigcercós y Ridao recibieron de lo lindo por la continuidad del tripartito y por la defensa que llevaron a cabo de la aprobación de el nueva financiación entre la Moncloa de Zapatero y el consejero de Finanzas, Antoni Castells. Un pacto que resultó un fiasco. Los resultados electorales del 2010 fueron la prueba de algodón y recibieron un clatellot que supuso pasar de 21 diputados a 10. Puigcercós y Ridao se retiraron con una transición tranquila hacia la nueva dirección, la de Oriol Junqueras y Marta Rovira, que ahora ha desembocado en una nueva guerra interna. A pesar de que Ridao intentó ser cabeza de lista de ERC a las elecciones españolas de 2011, falló, y el candidato fue Alfred Bosch, con Teresa Jordà por Girona. Estos dos nombres ahora se enfrentan en dos candidaturas internas. Las otras dos acabaron con una sonora doble escisión –la de Carretero y la de Uriel Bertran–, que acabó en dos formaciones políticas nuevas que también se enfrentaron en una encarnizada batalla por el voto independentista.

Reagrupament y Solidaritat, otra batalla
En primer término, los de Reagrupamiento marcharon de ERC e impulsaron la formación de un partido con Carretero y Carandell al frente. Incluso con un aliado que después acabaría siendo presidente de la Generalitat, como Quim Torra. De hecho, Torra tenía que ser la cabeza de lista por Girona de ERC con Bosch en Barcelona en las españolas del 2011, después del pacto electoral de unidad firmado con la nueva ERC de Junqueras. Finalmente, y después de un cirio interno a la federación de Girona, se eligió a Jordà, que ahora es diputada a Madrid desde julio del año pasado, después de ser consejera con el Gobierno de Torra y de Pere Aragonès. Reagrupamiento apostó por el cuarto lugar de la lista por Barcelona. El acuerdo se mantuvo hasta las municipales.
Reagrupamiento pactó con su expartit, ERC, una vez rompieron relaciones con la otra formación escindida de ERC, Solidaridad Catalana por la Independencia, que lideraba Uriel Bertran junto con Alfons López Tena, hombre de Convergència y miembro del Consejo General del Poder Judicial, y el ahora de presidente del Barça, entonces era expresidente del Barça de las seis copas, Joan Laporta. De hecho, el pacto de colideratge entre Carretero y Laporta se firmó una noche, con fotografía y todo. Pero, de madrugada, los dos se desdijeron. Solidaridad se presentó a las elecciones del 2010 y obtuvo 4 escaños, pero en pocos meses se quedaron en tres y Laporta como diputado no adscrito. Reagrupamiento se presentó, pero se quedó con 39.834 votos, y quedó fuera del Parlamento. Posteriormente, la formación de Carretero firmó un convenio con Convergència y se diluyó dentro del movimiento del PDeCAT y después a Juntos, desde donde Quim Torra llegó a ser presidente de la Generalitat después de la aplicación del 155.
Si bien Carretero se ha apartado de la primera línea política y solo interviene a través de tuits en la red X o en encuentros con miembros de la asociación de Abogados Independientes, y Carandell es la directora de Plataforma por la Lengua, los restos de Solidaridad continúan coleando. Uirel Beltran continúa en la gresca política. De hecho, es miembro del Secretariado Nacional del ANC y fue uno de los impulsores del proyecto de la lista cívica. Laporta vuelve a ser presidente del Barça y López Tena tiene una amplia difusión en círculos liberales internacionales y se ha apartado del Proceso.

El Congreso que trajo a Junqueras
La desbandada de las dos escisiones y el batacazo electoral llevaron ERC a una durísima posguerra, pero duró poco. Después de los vapuleos electorales en el Parlamento y a las municipales, Puigcercós convocó el congreso con un relevo tranquilo y extraordinariamente pactado. El tándem fue el entonces alcalde de Sant Vicenç dels Horts y exeurodiputat de los republicanos, Oriol Junqueras, como presidente del partido, y Marta Rovira como secretaria general, cuando ya estaba a la ejecutiva en un papel secundario como secretaria de política internacional. Junqueras, hábilmente, hizo sábado de varios sectores y pactó con los carotistes, estableciendo como su sicario político Lluís Salvadó, el hombre de las Tierras del Ebro, bautizado como el «siciliano» por sus silencios y su capacidad de mover hilos con suficiente contundencia.
En los últimos años, los equilibrios internos a ERC se han mantenido gracias al crecimiento electoral y su participación logística del Primero de Octubre. Ahora bien, también le ha pasado factura la batalla contra el espacio convergente y el mendrugo que le ha supuesto la CUP en alguna contienda electoral. Pero la represión, la prisión, el exilio, una estrategia de pactos con el PSOE no entendida por los votantes y las derrotas electorales han provocado no solo una escisión entre los votantes y la formación sino una divergencia absoluta entre Rovira y Junqueras que ahora se ha ensañado con el congreso previsto para el 30 de noviembre. El apoyo a la investidura del líder PSC como presidente de la Generalitat, así como, dos veces, a uno del PSOE para la Moncloa, las batallas internas y las diferencias del poder territorial hacen que estratégicamente y táctica haya más parecidos que no diferencias entre el 2008 y el 2024.
