ERC ha hecho pública su propuesta para negociar un frente común con Junts. Los republicanos, que no quieren ni oír hablar de una repetición electoral, presionan al partido de Carles Puigdemont para que acepte un precio realista para pactar la investidura de Pedro Sánchez. En un artículo en el diario ARA firmado por la plana mayor de ERC y por las caras visibles del partido en Madrid, los republicanos insisten en poner sobre la mesa tres cuestiones clave: mantener la mesa de diálogo para continuar avanzando hacia el referéndum y la amnistía, el traspaso de Cercanías y un nuevo modelo de financiación que acabe con el déficit fiscal.

Los republicanos son conscientes que las promesas de Junts —referéndum o repetición electoral— han atado de manos y pies al partido, pero confían que con el paso de las semanas la formación rebajará sus pretensiones y acabará aceptando una propuesta “asumible” para el PSOE. Otra cosa será que los socialistas prefieran volver a las urnas, cosa que no se descarta si en Ferraz ven una mínima oportunidad de mejorar su posición. ERC, que ha enlazado dos elecciones nefastas, opta por ver el vaso medio lleno y apela a Junts para unir esfuerzos para sacar un rédito tangible de la situación. “Los catorce diputados independentistas catalanes son necesarios para la gobernabilidad del Estado, y es una buena noticia que así sea”, dicen.

Aprovechar que el PSOE no tiene alternativa

“El PSOE no tiene otra mayoría alternativa”, recuerdan desde ERC. “Tenemos una palanca de fuerza que tenemos que saber aprovechar juntos, para avanzar”. Los republicanos consideran que el contexto actual mujer una posición de bastante inigualable para el independentismo y aprovechan para reivindicar que sus siete diputados son igual de decisivos que los de Juntos. “Todos los votos del independentismo catalán son imprescindibles, y esto nos obliga a sumar esfuerzos para defender a Cataluña. El PSOE tiene que ser consciente que si quiere gobernar su país, tendrá que respetar el nuestro”.

Míriam Nogueras, Jordi Turull y Antoni Castellà, al final del primer acto de campaña de Juntos para el 23-J
Míriam Nogueras, Jordi Turull y Antoni Castellà en un acto de campaña / Archivo

La engañosa posición de privilegio en la cual se ha situado Junts ha encendido alguna alarma a la Moncloa, puesto que temen que el resto de partidos aprovechen la ocasión para subir el precio de sus votos. Los partidos vascos, por ejemplo, quieren más autogobierno y un nuevo encaje territorial tanto del País Vasco como de Cataluña. El PNV y Bildu se jugarán la hegemonía en Euskadi en las elecciones autonómicas del año que viene y ninguno de los dos quiere llegar como el partido que dejó caer a Pedro Sánchez, pero tampoco como el partido que no supo sacar suficiente provecho de sus votos.

Defensa del trabajo hecho

ERC también aprovecha el artículo para defender el trabajo hecho en los últimos cuatro años y para reivindicar los frutos de la mesa de diálogo que ahora esperan reavivar con la entrada de Junts. “Con la concreción práctica del sit and talk que nos reclamaba la sociedad catalana, el gobierno del Estado asumía que el conflicto político debía tener soluciones políticas y democráticas, no penales, y que había que establecer las vías políticas necesarias para dar la voz en el pueblo de Cataluña”.

El indulto y la reforma del Código Penal son los principales avances de la mesa diálogo, pero ERC también reivindica adelantos sociales como la subida del salario mínimo y las pensiones, la regulación de los alquileres o la mejora de los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI como una manera de ampliar la base. “Solo logrando unas cuotas de justicia social superiores podremos construir las mayorías necesarias para conseguir el referéndum y ganarlo”.

Nuevo comentario

Comparte

Icona de pantalla completa