El Consell de la República no pasa por su mejor momento. Ni mucho menos. Las denuncias internas por irregularidades contables y la gestión financiera del vicepresidente del gobierno de la entidad, el ex consejero de Salud Toni Comín, han enturbiado de nuevo una institución que siempre ha ido coja. A las nueve de la noche de ayer empezó la reunión que el ejecutivo del Consell de la República celebró para evaluar las denuncias internas así como la documentación aportada por los representantes de CatGloblal, la asociación que da cobertura legal al Consell en Bélgica, por la actitud de su interlocutor, el actual eurodiputado de Junts, Toni Comín.
La tensión previa a la reunión era evidente ante el hermetismo de sus integrantes. Incluso hubo algunos que se escudaban ante la situación asegurando que «solo tenían un papel pasivo» en las decisiones del Consell y otros, como el exalcalde de Montblanc Josep Andreu, que advirtió que quizás no asistiría porque «tenía una reunión en el Ayuntamiento». En todo caso, el cónclave tenía que servir para hacer control de daños y tomar contramedidas y acordar una respuesta común que se quiere hacer pública en las próximas horas. Por otro lado, en Junts también estaban inquietos por la evolución de los hechos a la vista de que Comín es el único eurodiputado de la formación y que, depende de cómo acabe la polémica, podría intoxicar su papel como hombre de Carles Puigdemont en el exilio institucional del Parlamento Europeo.

Gastos y más quejas
El encuentro también sirvió para entrar en el detalle concreto de la denuncia. En concreto, una partida de 12.000 euros que habría servido para avanzar gastos personales de Comín, facturas de servicios personales como viajes o vacaciones abonadas con dinero de la institución o incluso un extraño pago del alquiler de un despacho de trabajo. Acusaciones que miembros del Consell consideran «muy graves» y que hay que aclarar de pe a pa y «euro a euro». Por otro lado, el Consell se muestra inquieto porque la polémica puede afectar también a CatCiP, Catalunya Cultura i Progrés, una de las entidades que también hace de malla protectora del Consell de la República.
La denuncia interna, sin embargo, no ha quedado sola. Miembros del Consell están recibiendo otras quejas y reproches por lo que consideran un comportamiento «muy poco adequado» de la figura del vicepresidente del gobierno del organismo del exilio. El conflicto con la Sindicatura Electoral del Consell, que había quedado escondida con el sello de «confidencial», o los discretos cambios en la estructura organizativa de la Casa de la República ahora emergen y se piden responsabilidades.
Junts intenta disimular
Por su parte, Junts intenta separar el Consell de la República de su formación, a pesar de que el presidente del Consell es su candidato a presidir la Generalitat, Carles Puigdemont, y el vicepresidente y epicentro de la polémica, Toni Comín, su jefe de filas en el Parlamento Europeo. Desde la formación insisten en que «nunca se han querido implicar» con la entidad más allá del apoyo institucional.
En todo caso, no esconden la desazón por el hecho de que la situación enturbie la única voz de la formación en Europa que, además, no tiene todos los apoyos necesarios dentro del entramado juntaire. Fuentes de la formación exponen que Comín no ha mantenido una buena relación con buena parte de la dirección de Junts ni con la disciplina de la formación. «La cobertura que le ha supuesto Carles Puigdemont le ha permitido continuar sin muchas explicaciones al partido», lamentan las mismas fuentes.