El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha reivindicado como propia la «iniciativa» de reunirse ahora con el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, un encuentro que se ha anunciado a primera hora de esta mañana y que se celebrará mañana, martes, en Bruselas. En una entrevista «institucional» en Catalunya Ràdio y TV3, realizada por el conductor de El matí de Catalunya Ràdio, Ricard Ustrell y emitida esta mañana, Illa ha justificado que se celebre mañana el encuentro, que llevaba meses pendiente, porque «era el momento», ya que «la amnistía es constitucional», ha dicho en referencia a la sentencia del TC que la avaló a finales de junio. Según Illa, la reunión debía hacerse porque «el diálogo es el motor de la democracia». «Me habría gustado que la reunión se celebrara en Palau», ha añadido, y ha defendido que se aplique la amnistía con «diligencia y eficacia» porque «sería tanto para Cataluña como para España» y porque «todos debemos poder desarrollar nuestra labor política».

El president de la Generalitat, Salvador Illa, entrevistat per Ricard Ustrell per a Catalunya Ràdio i TV3 / 3Cat
Salvador Illa y Ricard Ustrell durante la entrevista al presidente de la Generalitat para Catalunya Ràdio y TV3 / 3Cat

En todo caso, Illa ha sacado de la ecuación al presidente Pedro Sánchez y ha evitado aclarar si ha informado a la Moncloa de la cumbre. De hecho, ha remarcado que la amnistía ya es una «decisión aceptada» y que «ha sido avalada» por el Tribunal Constitucional. Dos condiciones que justifican la cumbre de Bruselas. Además, Illa ha recordado que se ha reunido con todos los expresidentes de la Generalitat, porque todos han hecho «lo mejor para Cataluña». Asimismo, el presidente ha querido jactarse de la «iniciativa» de proponer el encuentro para mañana, aunque desde Junts le reclamaban siempre esta reunión para dar un paso más en lo que se conoce como «amnistía política».

Inmigración y lengua

Por otra parte, Illa ha apuntado que será «cuestión de meses que el catalán sea oficial en la Unión Europea». De hecho, ha sentenciado que ya lo sería si el PP no hubiera boicoteado las negociaciones. Así, con la lengua ha apostado por «tener un mensaje esperanzador» y «amabilidad y apertura». En esta línea ha remarcado que pondrá todos los recursos para promocionar el aprendizaje de la lengua. También ha reprochado indirectamente a los anteriores gobiernos la tarea insuficiente respecto a la lengua. «Yo la he encontrado como la he encontrado», ha dicho. Para el presidente de la Generalitat, sin embargo, «el vaso no está medio vacío sino medio lleno», y se ha mostrado convencido de que todos tienen claro que el catalán es una lengua útil y que no se puede hacer vida normal en Cataluña sin el catalán.

Carles Puigdemont, en un momento de su conferencia en la UCE/Josep Maria Montaner/UCE

En cuanto a la inmigración, ha dado un giro interesante al defender asumir las competencias de gestión desde la Generalitat, tal como pactó Junts con el PSOE. De hecho, ha dicho que estará «encantado» de poder gestionarlas y que espera que la modificación normativa que sea necesaria se apruebe en el Congreso. Illa también ha alertado de la doble condición que sufren municipios catalanes, porque unos «decrecen» y otros se encuentran en crecimientos difíciles de sostener. Para Illa, la máxima del Gobierno es «acoger, integrar y crecer». Illa también ha aprovechado para calificar de «genocidio lo que el gobierno de Israel está haciendo en Gaza».

Presupuestos y privilegios

Sobre la negociación con ERC y Comuns por las cuentas públicas de 2026, ha anunciado que iniciará la ronda de negociaciones de los presupuestos una vez mañana el consejo ejecutivo apruebe el techo de gasto. «De momento, hacemos trabajo interno», ha subrayado. En este contexto ha calificado de normal que Oriol Junqueras se queje por el incumplimiento de los pactos sobre la financiación, porque son acuerdos de investidura. Aun así, no ha querido hacer aspavientos y espera «tener apoyo parlamentario» para aprobarlos. Precisamente, al referirse a los presupuestos y economía ha cargado fuerte contra modelos como los de Madrid que «sí tiene privilegios» y tiene una «singularidad» que implica «insolidaridad» y «egoísmo fiscal».

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