La figura del verificador o mediador está en el orden del día de la política española. A pesar de las críticas de los populares y de la extrema derecha a Francisco Galindo, el escogido para coordinar los próximos encuentros y fiscalizar que se cumplen los acuerdos logrados en Bruselas entre Junts y el PSOE, ahora son los mismos populares que reclaman la figura de un verificador en las negociaciones con los socialistas por renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que actúa con el mandato caducado desde hace poco más de cinco años a raíz del bloqueo del PP. Los populares consideran necesario que una persona externa «supervise» las reuniones, y el mismo Feijóo, que ha criticado varias veces que Juntos haya escogido una figura internacional para mediar en las conversas, cree que tiene que ser la Comisión Europea quien lo tiene que hacer.

Aprovechando la petición de Feijóo al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, el presidente al exilio, Carles Puigdemont, ha decidido meter el cuezo. Puigdemont cree que el acuerdo de PSOE y PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con una tutela de la Comisión Europea es la demostración que los dos grandes partidos españoles «no confían que el rey ejerza el rol constitucional de hacer de árbitro y moderador del funcionamiento de las instituciones». Así lo ha asegurado en una publicación en su cuenta de Twitter, en la cual ha añadido que «desde el 3 de octubre del 2017, los catalanes ya sabemos que abdicó de este rol», y que ahora «lo constatan» las formaciones lideradas por Sánchez y Feijóo.

El presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la intervención de Feijóo en el Congreso / Europa Press

Defender la figura del verificador

Puigdemont ha reivindicado que «hace años» que reclaman una figura de «mediador/verificador» para ayudar a encontrar soluciones en conflictos. «No nos lo aceptaron en aquella inefable mesa de diálogo, ni los unos ni los otros. Ahora, en cambio, unos y otros lo están poniendo de moda. Me alegro», ha afirmado el presidente al exilio, que lamenta el «tiempo perdido mientras unos y otros iban poniendo palos a las ruedas».

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