Mataró, la capital del Maresme, ha tenido el honor de ser el epicentro de la campaña electoral durante unas horas. No ha aparecido ni Juntos, ni PSC, tampoco ERC, pero sí el jefe de la oposición española, Alberto Núñez Feijóo, la formación Alhora, de Clara Ponsatí y Jordi Graupera, los Comunes, a las 18:30 horas, y la CUP, media hora después. Jéssica Albiach ha llenado, hoy sí, el Café de Mar –antigua sede de la cooperativa de pescadores de la Marítima– con un invitado de lujo. Íñigo Errejón ya no mueve las masas que movía en 2015, cuando llenaba plazas con Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, pero tampoco ha perdido el tono. Con un catalán implacable, Errejón ha equiparado Junts y PSC como dos formaciones que quieren convertir Cataluña «en una colonia turística» y que representan «la peor versión del modelo de ladrillo y la precariedad, que en Madrid es el modelo de Ayuso». «A Illa se le escapó [que podría pactar con Junts], y ahora han sacado un señor a insultar a Carles Puigdemont, a ver si disimulan que en el programa económico ya están de acuerdo», ha apuntado, refiriéndose a las declaraciones polémicas del presidente de UGT.
La llegada del portavoz de Sumar ha animado el mitin de los Comunes, que estos días han concentrado las pullitas contra Illa y el PSC, pero han pasado de puntillas –quitado la primera reacción protocolaria– por la ‘crisis de la reflexión’ de Sánchez. Errejón ha roto la dinámica. Él sí, crítico y sobre todo contundente contra «la calma» de Pedro Sánchez. «Está deseando volver al consenso del 78, pero no hay nadie al otro lado esperando. No tiene ningún régimen del 78 donde volver, hay que avanzar en la democratización del Estado», ha dicho Errejón esta tarde. Era el final de una retahíla de

Era solo el inicio de un discurso crítico con el jefe del gobierno español. En un día en que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha decidido eliminar el premio Nacional de la Tauromaquia, Errejón ha criticado la parte más conservadora del PSOE. El invitado ha recordado que en su casa, en Madrid, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso destina dinero que podrían ir a asuntos sociales a fortalecer «los lobbies taurinos». Pero Errejón también ha recordado que el presidente socialista –»entre comillas», esto de socialista, ha puntualizado Errejón– de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, ha hecho un llamamiento a las comunidades autónomas para «mantener las subvenciones a la tauromaquia». Explicado el contexto, el azote electoral: «Illa y Sánchez tienen que aclarar si están del lado del respecto de los animales o de la coalición García Page – Ayuso«.
En clave catalana, Errejón ha añadido que PSC y Junts son «las candidaturas de Fomento del Trabajo», la patronal de los empresarios catalanes, y que son fuerzas políticas «a favor de los fondos buitre». Lo ha rematado indicando que este 12-M está en juego si las decisiones que afectan Cataluña «las toma el pueblo catalán o los amos del dinero».
Acento en la pobreza energética
La candidata de los Comunes, Jéssica Albiach, que ha recordado «la de tiempo» que hacía que no coincidía con Errejón, y ha felicitado Ernest Urtasun por la iniciativa. «La cultura no puede ser una tortura», ha dicho para pedir «el voto animalista» para la candidatura de los Comunes. Hecho el apunte, Albaich ha desgranado sus políticas para combatir la pobreza energética: acabar con «los privilegios» de la escuela concertada, recuperar la sexta hora en la escuela pública «que recortó la consejera Rigau de CIU», comedores escolares universales y fortalecer el papel de las extraescolares.
Los discursos políticos han arrancado con la número cuatro por Barcelona, Susanna Segovia, que ha cargado contra Junts por la gestión del caso Casol. «Con Junts no habrá una Cataluña feminista», ha dicho Segovia, diputada en el parlamento durante la pasada legislatura. El segundo en intervenir ha estado Andrés García Berrio, el perfil más activista de la lista y, después de una semana de campaña, todo un experto en mítines políticos. Berrio se ha hecho eco del informe de INSOCAT 17, que recoge que una de cada cuatro personas en Cataluña están en riesgo de exclusión social. «La Cataluña que viene pondrá en el centro la igualdad de derechos», ha dicho después de golpear al público presente a la sala con tres historias personales «de discriminación y racismo» en Cataluña con final en el CIE de Zona franca.