Los inicios del movimiento independentista tienen una figura clave que, durante décadas, ha quedado en un segundo plano, vinculada a una manera de entender la lucha del siglo pasado. Se trata de Daniel Cardona Civit, nacido en Barcelona en 1890 y que, inspirado en el alzamiento de Pascua en la Irlanda de 1916, defendía la lucha armada y conseguir la independencia a través de la vía insurreccional. Cardona colaboró en la fundación del partido Estat Català con Francesc Macià, estuvo vinculado con la creación de organizaciones armadas como Bandera Negra y fue impulsor del Front Nacional de Catalunya (FNC). “Es uno de los personajes más relevantes de la década de los años 20 y, también, más injustamente desconocido”, apunta el historiador y articulista d’El Món Xavier Diez.
Con el objetivo de recuperar nombres relevantes de la historia de Cataluña, la Fundació Reeixida ha impulsado este 2023 el Año Daniel Cardona con motivo del 80.º aniversari de su muerte, que se ha cumplido esta semana, el 7 de marzo. “Quién pierde los orígenes pierde la identidad”, recuerda el historiador Fermí Rubiralta, que trabaja con la fundación y describe Cardona como uno de los personajes, junto con Macià, «más importantes de la historia del primer independentismo».
Rubiralta remarca que Cardona “no es el ideólogo del separatismo” –como se denominaba en aquella época el movimiento independentista–, pero sí que es “un organizador y activista” a partir de los años 20 del siglo pasado. El historiador Joan B. Culla relata que “el primer independentismo catalán” aparece a finales de la Primera Guerra Mundial y en “un espacio sociolaboral determinado”. En aquel momento, sobre todo jóvenes que “bajaban” hasta Barcelona para trabajar y la mayoría de los cuales se incorporaban a la vida laboral como dependientes de comercio u oficinistas.
El caso de Cardona, a pesar de ser nacido en Barcelona y de familia de clase media-alta, también respondía a este modelo y “empezó a trabajar en una mercería en el centro de la ciudad”. Era lo que se denominaba un saltataulells, puesto que “hacían tantas horas en las tiendas que dormían sobre el mostrador”, como explica Rubiralta. Cardona empezó a “socializarse en este ambiente” y, esto, le llevó a un lugar » clave», el Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria (CADCI), considerado “la cuna” de este primer independentismo.

La fascinación por Irlanda y la relación con Macià
Cardona también era conocido como el
Para avanzar, Cardona se juntó «con un personaje que era el más famoso del momento y que arrastra masas», Francesc Macià, que se convirtió en “el cabezilla público” del movimiento, mientras que Cardona fue quién, desde un segundo plano, lideró a “los jóvenes que han ido incubando este independentismo desde inicios del siglo XX”. También, durante la dictadura de Primo de Rivera, colaboraron en la creación d’Estat Català. “Desde sus orígenes, el independentismo se ha tenido que desarrollar prácticamente en la clandestinidad y la represión”, recuerda Rubiralta.
Los caminos de Macià y Cardona se van bifucar años después, cuando Macià “echó atrás la República catalana y aceptó la vía autonomista en 1931”. A partir de aquí, Cardona, siguió “buscando la manera de mantener la independencia” como objetivo. Es entonces cuando, inspirado en el partido político irlandés nacionalista Sinn Féin, el 1931 Cardona creó la agrupación nacionalista radical catalana
El

Una figura «incómoda»
El análisis como historiador de Rubiralta le lleva a plantear que “el gran problema de Cardona es que él, que defendía el doble contenido político y militar de la estrategia irlandesa, en muchos momentos despreció la importancia de la movilización civicopatriòtica”.
Según Xavier Diez, las convicciones de Cardona y su “modelo irlandés”, que “no tiene ningún tipo de reparo en utilizar violencia para poder conseguir la independencia de Cataluña”, han provocado que su figura haya “sido silenciada durante la Transición”. En un momento en que había un “independentismo teóricamente pacífico”, su figura era “incómoda”, explica. Por eso, remarca, es importante “volver a leer y considerar” su figura y hacerlo teniendo en cuenta el contexto de su época.
El precursor del independentismo «injustamente desconocido»
Es ante esto que toma relevancia el papel de la Fundació Reeixida y su apuesta por el Año Daniel Cardona. Culla también describe Cardona como un “pionero” del movimiento independentista y recuerda que era “un precursor de mal invocar” durante los años posteriores al franquismo, cuando aparece un “independentismo marxista y mucho de izquierdas”, todo el contrario de lo que era Cardona. Por su parte, Diez añade que Cardona fue «un reflejo de su época, de la emergencia del independentismo abierto y sin ambigüedades, dispuesto a hacer cualquier cosa para conseguir la independencia».
Es un “personaje importante” y, para hablar de independentismo hoy en día, también hay que hablar de personas como Daniel Cardona i Civit, uno de los nombres “más relevantes de la década de los años 20 y también más injustamente desconocido”. El historiador Xavier Diez afirma que fundaciones como Reeixida son “totalmente necesarias” porque “hacen aquello que correspondería a algunas instituciones” y demuestra que es “la sociedad civil organizada quién se dedica a tratar y restaurar el discurso y la memoria histórica” de Cataluña.