La cantidad ingente de piezas separadas de la macrocausa Tándem, que estudia las operaciones del comisario de inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía jubilado, José Manuel Villarejo, hacía prever el lío y la división de opiniones. Y así ha estado, ha llegado la primera sentencia contradictoria en la cual la mayoría de los magistrados condenan el comisario a tres años de prisión por un delito de soborno y, en cambio, la presidenta del tribunal, reclama la absolución.
Se trata de la pieza separada número 12 que investigaba lo Proyecto July, es decir, el espionaje de uno de los árbitros que tenía que decidir en el litigio abierto entre dos grandes grupos de comunicación, Planeta y Kiss FM. Villarejo, a través de su empresa Cenyt, fue contratado por Planeta para espiar de forma irregular Julio González, uno de los árbitros del laudo. En una sentencia de 124 páginas, los magistrados Jesús Guitérrez y Teresa Palacios, que ha hecho de poniente, condena a tres años y un día de prisión por un delito de soborno pasivo al comisario Villarejo y al policía Antonio Giménez Raso por esta investigación, consultando bases de datos policiales.
Curiosamente, la resolución incorpora un voto particular discrepante de la presidenta de la sección cuarta, la dura magistrada Ángela Murillo, que entiende que el delito que habrían cometido Villarejo y Giménez Raso sería el de estafa y no soborno, como se ha investigado e imputado desde el primer día. Por lo tanto, en defensa la libre absolución de los dos. La resolución absuelve los que contrataron los servicios de Villarejo, el responsable de Seguridad de Planeta y el director de los Servicios Jurídicos, Antonio López López i Luis Elías Viñeta.

Una investigación turbia
Según los hechos probados de la sentencia Villarejo, entonces comisario en activo y destinado a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) y Giménez Raso, como responsables de Cenyt se reunieron con los dos acusados del Grupo Planeta. El encargo era investigar Julio González, que había sido uno de los árbitros designados por la Cámara de Comercio de Madrid, en un procedimiento arbitral delicado en el mundo de la comunicación. En concreto, el que enfrentó en los años 2003 y 2004 a las sociedades Uniprex SA, participada por grupo PLANETA y grupo RADIO BLANCA. Planeta quería averiguar, aunque fuera por una vía irregular, si el árbitro habría podido recibir sobornos por esta intervención. El método de investigación era seguir el supuesto rastro que podría revelar el incremento patrimonial que obtuviera después del pleito.
El encargo llegó cuando el procedimiento arbitral, abierto por la gestión y adquisición de la cuenta publicitaria de las emisoras Kiss FM, cerró con un laudo abiertamente contrario a Planeta. Atendida la sentencia, la empresa habría aceptado parcialmente el ofrecimiento efectuado por Villarejo para hacer una investigación al árbitro y poder demostrar con pruebas documentales que Radio Blanca habría sobornado el árbitro. Cenyt habría cobrado como provisión de fondo, 40.000 euros más IVA y si obtenía los documentos, había puesto un precio de un millón de euros. Villarejo alegó en el juicio que actuaba como empresario y no como policía, una línea de defensa que la Sala rechaza.
Para el Tribunal ha quedado acreditado que el comisario, como policía, se puso a disposición de particulares espoleado por su lucro personal y anteponiendo sus deberes profesionales. «Conculcó estos deberes al prestar servicios limpiamente policiales y propios de su función pública», añaden los magistrados. Entre otras actas, la sentencia incluye el acceso a cuentas de sociedades, declaraciones tributarias y cuentas bancarias así como acceso a base de datos policiales para investigar un presunto soborno y la posible prescripción.