Tania Llasera ha compartido un testimonio muy valiente este 25-N, su historia personal más dura. Sólo tenía 18 años cuando se fue de casa para probar suerte en una ciudad extranjera. Allí, sin red ni casi nadie conocido, mantuvo una relación con un chico que acabaría haciéndole la vida imposible e, incluso, maltratándola física y psicológicamente.
La presentadora ha grabado un vídeo en el que saca a la luz los detalles más escalofriantes de un relato que es el suyo, pero también de muchas otras: «A mí me pasó, estuve enamorada de un hombre que no solo me pegó, sino que me hundió. Le puede pasar a cualquiera«.
«Yo tuve un novio que me pegó«, inicia. El chico en cuestión, a quien conoció en ese país extranjero, tenía el corazón roto por culpa de una ruptura anterior: «Me lo hizo pagar a mí». Y es que no se cortaba a la hora de atacarla, hasta el punto de que la insultaba y la menospreciaba de manera constante: «No solo me decía que no valía para nada, que no era inteligente y que por qué iba a explicarme las cosas si yo no las iba a entender«.
Tania Llasera denuncia la peor relación amorosa que ha tenido nunca
Tania estaba enamoradísima, «hasta las trancas«. Ahora que ha recuperado fotos de aquella época, se da cuenta de todo lo que sufrió sin darse cuenta: «Solo tengo fotos de él… Yo no salgo en ninguna de las fotos. Todo es él y él y él… Era una obsesión para mí«. El chico la hacía sentir «muy pequeña» y «muy poco válida», según su testimonio. Han pasado muchos años desde entonces, pero todavía recuerda el mal que llegó a sentir: «Más que los puñetazos que me dio, que fueron puñetazos, pero en aquel momento pensé que nunca había sufrido violencia«.
¿Y cómo puede ser que no se diera cuenta? Considera que, parte de la culpa, fue por la educación que recibió en su momento y también por las actitudes que vio en su casa: «No me pareció grave que me pegara… Ahora lo pienso como madre y mujer más leída y es cuando me doy cuenta de lo grave que fue». Los puñetazos son intolerables, está claro, pero considera que fue aún más grave la violencia psicológica que ejerció contra ella.

De hecho, le costó mucho poder superarlo: «Me costó como dos o tres años superar todo aquello, cuando nosotros estuvimos juntos un año y medio. Trabajé todo el verano, ahorré para poder ir a verlo a su país durante un mes…». Una relación que la afectó mucho y que la persiguió durante mucho tiempo.

