Juan Carlos de Borbón ha puesto los cuernos a Sofía de Grecia desde antes de su compromiso. Toda una vida de infidelidades que han convertido el emérito en uno de los reyes con más amantes y más historias peculiares. El periodista Jaime Peñafiel ha sacado a la luz una anécdota que lo vuelve a dejar en mal lugar en un artículo de
Nos sitúa a finales de los años 90, cuando Juan Carlos de Borbón pasó unos días esquiando en Sierra Nevada con la amante mallorquina Marta Gayà. La pareja extramatrimonial se alojó en uno de los hoteles más caros de Granada y allí habrían sido recibidos por el alcalde de la ciudad de la época, Gabriel Díaz Berbel.
Este político habría explicado a Jaime Peñafiel que vivieron una crisis mayúscula cuando supieron que la reina Sofía estaba viajando hasta allí en tren para dar una sorpresa a su marido. El que la monarca no sabía, en teoría, es que Juan Carlos estaba alojado con una de sus amantes.

Sofía, en un tren hacia Granada para pillar in fraganti a Juan Carlos de Borbón
El alcalde recibió una llamada del gobernador civil en la que le comunicaba que Sofía llegaría a las nueve de la noche y que necesitaba que se preparara un servicio de seguridad. El alcalde, que sabía que Juan Carlos estaba con Marta Gayá, se habría asustado mucho porque allí podría vivirse una situación muy incómoda: «Sorprendido, preocupado y asustado por la noticia; decidió subir inmediatamente al hotel Alhambra para informar al rey de la noticia y sacar a Marta Gayà no solo de la habitación, sino del hotel«.
Jaime Peñafiel se aventura a decir que Sofía habría ido hacia allí para intentar pillar in fraganti a Juan Carlos: «Había sufrido un ataque repentino de celos o alguien lo había informado. Bajo este impacto emocional, no le importó coger el primer tren y presentarse a Granada para sorprender a quien todavía quería a pesar del dolor que entonces le producían sus infidelidades».
Sofía no los habría pillado en plena acción porque el alcalde habría avisado Juan Carlos de Borbón, pero la emérita habría estado a punto. Una escena digna de película, la verdad.