Juan Carlos de Borbón ha hecho una cantidad de dinero inimaginable, la que habría aprovechado para mantener la vida paralela con las amantes y los presuntos hijos ilegítimos que le atribuyen. Una de las mujeres que más tiempos estuvieron en esta parcela extramatrimonial del emérito español fue Bárbara Rey. En el documental que ha grabado para Antena 3, la
¿Por qué? Ha reconocido que la trató bien y que le hizo muchos regalos, pero esto no impide que lo catalogue de «tacaño» porque nunca quiso ayudarla cuando le dijo que la familia atravesaba problemas económicos. Además, una de las cosas que le regaló acabó siendo un engaño: «Tuve que vender lo que tenía para poder dar de comer a mis hijos. Estaba en esta situación tan grave y él no tenía ni un detalle… De hecho, me regaló una moneda de oro y cuando fui a empeñarla me dijeron que no llegaba al mínimo de 18 quilates«, así que no había sido mucho generoso con ella. Con Corinna parece que sí que lo fue, pero ¿qué pasa con el resto de amantes?
Bárbara Rey deja verde a Juan Carlos de Borbón por no haber querido ayudarla económicamente
Bárbara Rey continúa diciendo que lo pasó mal al final de la aventura porque se dio cuenta de que le estaban espiando: «El teléfono estaba pinchado y en la puerta siempre veía una furgoneta con antenas estrambóticas. A veces me decía cosas por teléfono y yo le tenía que decir que no lo hiciera porque sabía que nos escuchaban». Ella quiso cubrirse las espaldas y guardó un par de grabaciones que confirmaban que mantenían una aventura. Fue entonces cuando dos encapuchados asaltaron su casa y le robaron cintas de video: «Es mentira lo que dicen que tengo tantísimas grabaciones de Juan Carlos. Me querían matar, pero quise llegar al fondo de este tema porque los españoles no saben en manos de quienes estamos».

Siempre se ha dicho que la Casa Real le ingresó una auténtica barbaridad de dinero a cambio de su silencio, pero ella lo niega: «A mí no me han llegado este dinero. Nunca he hablado sobre el tema porque no he querido. Ahora bien, todavía están a tiempo de darme este dinero. Su hijo ha renunciado a la herencia, ¿no? Pues aquí estoy. Mi vida sin él era más bonita, fácil y tranquila. Muchas veces he maldecido la hora en que volvimos porque yo no me sentía privilegiada. A veces he querido que se interesara por mí de verdad, pero él no se interesa por nadie».