Froilán ha estado cuatro días de fiesta non-stop y, a raíz de esto, son muchos los medios de comunicación que han vuelto a hablar de su afición -poco sana- por las noches de música y alcohol. La madre estaría desesperada, ya que su imagen parecía haber mejorado desde que se había ido a vivir a Abu Dhabi. Llegan las vacaciones de verano y, con ellas, un montón de reuniones con amigos hasta altas horas de la madrugada… ¿No tiene freno, Froilán? ¿O simplemente se divierte como también lo hacen otros jóvenes de su edad?
La revista Semana ha querido analizar su comportamiento con una experta en protocolo y con un psicólogo experto en adicciones. ¿Tan grave creen que puede ser su situación? Gente cercana a Froilán siempre ha mantenido que el chico sufrió «muchísimo» con la separación de los padres. Además, no ayudaba que su educación fuera de todo menos estricta: «Le gusta mucho divertirse de una manera intensa, lo que ayuda a que se acabe filtrando a la prensa todo lo que hace en las noches».
La experta en protocolo deja claro que hay una línea muy fina entre pasárselo bien, como haría cualquier chico de 26 años como él, y usar la fiesta «como anestesia emocional«. ¿Es eso lo que está haciendo el sobrino de Felipe de Borbón? «Salir de fiesta no es bueno ni malo por sí mismo. Lo más importante es el cómo y para qué, ya que no es lo mismo tomarte una copa con los amigos que engancharte a un ciclo infinito de fiestas que comienzan el martes y acaban el lunes siguiente».
La cuestión es saber quién es la compañía de Froilán en estas noches de desenfreno: «¿Sale a bailar y a reír? ¿O está huyendo del vacío existencial que le deja la vida sobria? ¿Está con sus amigos? ¿O con otros zombis emocionales que solo se soportan con dos gramos de coca en el cuerpo? Esto lo cambia todo«.

¿La afición de Froilán por salir de fiesta oculta algún problema?
El psicólogo experto en adicciones explica a la revista que hay muchos chicos que se creen el alma de la fiesta, pero que en realidad solo son el paciente cero de un bucle del que cuesta salir: «Con 26 años, la mayoría aún estamos decidiendo quiénes somos y las fiestas pueden formar parte de esa exploración. No pasa nada. El problema es si tu vida gira alrededor de ellas, si no sabes qué hacer un fin de semana sin que implique un after y un domingo con temblores. Aquí, tenemos un problema«.
¿El consejo de este experto? Que el aristócrata fuera a terapia para descubrir si su afición por la fiesta oculta una conducta autodestructiva: «No haces nada anormal por ir de fiesta, pero si la resaca emocional pesa más que la diversión quizás está bien mirar hacia adentro. Si necesitas los afters para sentirte vivo, eso ya no es diversión sino un parche que puede tener efectos secundarios».

La imagen de Froilán siempre ha sido controvertida, seguramente por su carácter espontáneo y las apariciones en contextos menos formales que el resto de la familia. Los Borbones han reaccionado a la mala prensa del joven. ¿Cómo? Apartándolo de los actos institucionales, que solo se hable de él por la fiesta y no como representante de la corona. Si realmente tiene problemas o si todo se trata de una exageración, de momento queda en una incógnita.