Cristina de Borbón tenía que tomar una decisión respecto a su futuro, ahora que la única hija que vivía con ella también se irá de casa. Será a finales de mes cuando Irene Urdangarin empezará una nueva vida en el campus universitario de la escuela de hostelería en la que se ha matriculado. El centro está además de una hora en coche de Ginebra, así que lo más lógico sería alquilar una habitación allí para evitarse el desplazamiento. Pero ¿qué pasaría con la infanta española? ¿Se quedaría a vivir sola en la casa familiar de Suiza u optaría por cambiar de residencia? Nada de todo esto.
Algunas fuentes próximas dejaban caer estas últimas semanas que Irene podría vivir en el campus y que Cristina podría volver a España, pero este era un movimiento arriesgado porque continúa sin tener buena fama precisamente. Pues bien,

¿Qué planes de futuro tienen Cristina de Borbón e Irene Urdangarin?
La familia habría decidido que lo más adecuado es que Irene continúe viviendo con su madre en Ginebra y que coja el coche cada día para ir hasta la universidad y para volver. El centro está a 70 km de distancia y la madre le habría recomendado que no deje de vivir con ella, al menos, durante los primeros meses de curso. A partir de aquí, le habría dicho que vea si realmente encaja con su rutina poder hacer este desplazamiento diario. La joven todavía no tiene el carné de conducir, así que habría quedado con unos amigos que serán los encargados de llevarla hasta allí cada día hasta que ella obtenga la licencia.
«Son conscientes que puede ser duro, pero lo intentarán porque quieren ver si les va bien o no. Irene no quiere dejar sola a su madre y Cristina está feliz con la hija a casa», explican fuentes familiares próximas a ellas. Parece que la hermana de Felipe VI no quiere renunciar a la tranquilidad y buena vida que le aporta Ginebra, donde reside en una casa grande con jardín privado: «No quiere volver a España de momento».

En caso de que Irene Urdangarin vea que es demasiada cansado hacer dos horas de coche cada día, le alquilarían un piso en el mismo campus y pasaría los fines de semana con la madre en Ginebra. Unos planes que, pase lo que pase, implican que Cristina de Borbón continúe lejos de aquí al menos un año más.