Visita sorpresa de Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón a Granollers

Sorpresa en la familia real. Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin se han dejado ver juntos en Granollers, una imagen insólita después del mediático divorcio. La expareja, que todavía no se ha puesto de acuerdo con los detalles económicos de su separación, han dejado los problemas de banda momentáneamente. ¿Y por qué? Si se encontraban en Cataluña el fin de semana ha sido por su hijo Pablo, que los habría convocado a los dos para que lo animaran desde la grada en el partido que disputaba.

En el campo no han estado solos los antiguos duques de Palma, por eso. Johanna Zott, la pareja del joven de 22 años, también ha querido acompañarlo en un día muy especial para él. Y es que este no era un partido más, sino su debut con el equipo de balonmano del Granollers después de una temporada en el Barça. Competía en liga europea contra un equipo de Rumanía, que los ha ganado por poco en una disputa muy igualada.

El apoyo familiar no ha sido suficiente para ayudarlo a ganar, pero sí que hace pensar que podríamos ver esta imagen en otras ocasiones más adelante. No hay imágenes de ellos dos saludándose, pero sí sentados a poca distancia. Lo que han evitado es sentar juntos, eso sí, puesto que mientras Cristina sentaba a primera fila con su hijo Miguel; Iñaki lo hacía en la de atrás con Irene y la novia de Pablo.

Pablo Urdangarin tiene ciertas manías como jugador de balonmano

Desde el programa de Telecinco Socialité han analizado las imágenes que se han distribuido del partido y se han dado cuenta de un par de cosas. Ha hecho gracia que aseguren que tiene algunas manías como jugador de balonmano, unas costumbres que repite para intentar que le den suerte seguramente. En primer lugar, destacan que tengan un armario lleno de bambas… pero no unas bambas cualquiera, sino un modelo en concreto que tiene en tres colores diferentes. Lo han visto con este modelo en blanco, moratón y negro; una bamba que cuesta 140 € por par y que le serían de lo más cómoda. Dicen que siempre lo ven con ellas en la mano cuando llega al campo y también cuando sale, lo que creen que es una manía cuando en realidad solo podría tratarse de buscar comodidad.

Por otra banda, dejando los pies de banda, han podido observar que en cada partido acaba sacando la lengua en algún momento de concentración y que siempre calienta con el mismo baile. ¿Otra manía? Celebrar los goles del mismo modo siempre, levantando un puño hacia arriba. Finalmente, también han visto que tiene el ritual de saludar un compañero al inicio y al final de cada partido con el mismo gesto: los dos saltando y chocando la espalda.

De momento parece que repetir todo esto semana tras semana no le ha servido para ganar en su debut con el nuevo equipo. El tiempo dirá si mejora y si los padres vuelven a coincidir en las gradas.