La mayoría tradicional en el Parlamento Europeo ha superado el escollo del nombramiento de los altos cargos de la Comisión, amenazada por el incremento de poder del extrema derecha en Estrasburgo. La presidenta de la CE Ursula Von der Leyen ha renovado su mandato al frente del ejecutivo comunitario con 401 votos favorables. Entre los apoyos recibidos para la segunda legislatura, cuentan la mayoría de diputados de las familias popular, socialista y liberal; así como parte de los
La presidenta necesitaba 361 votos favorables para ganar la mayoría absoluta en una cámara comunitaria que cuenta a 720 escaños; y ha tenido bastante, finalmente, con sus aliados tradicionales para revalidar el cargo. El voto secreto deja en el aire qué ha sido la composición final de la mayoría -el 2019, por ejemplo, a pesar de que el bloque centrista contaba con una mayoría más ancha, Von der Leyen se impuso por solo 9 votos por la división entre los socialistas-. Este año, el acercamiento de los verdes ha permitido más margen para una Comisión que ha incorporado progresivamente parte de las demandas en términos de sostenibilidad o transición energética de los ecologistas. Justo es decir que el apoyo verde choca con las rebajas ambientales que la CE ha concedido al movimiento campesino en los últimos meses, ante las intensas críticas de los productores alimentarios a cuestiones como las regulaciones ambientales o sanitarias a su actividad.

Rechazo a izquierda y derecha
Los grupos más escorados de la cámara comunitaria han mantenido su rechazo a la candidatura de Von der Leyen: la izquierda, con menos peso que en anteriores legislaturas, se ha quedado en el no. También lo han hecho los diversos grupos ultra que copan el parlamento: tanto los Conservadores y Reformistas de Meloni como los nuevos Patriotas por Europa, el espacio encabezado por el primer ministro húngaro Viktor Orbán y la líder del Reagrupamiento Nacional francés, Marino Le Pen han rechazado el nombramiento de la que el 2019 aconteció la primera mujer a presidir la CE.
Pacto verde, seguridad y «polarización»
Entre las promesas registradas por Von der Leyen, destaca la de la reformulación del Pacto Verd Europeu, difamado por el campesinado, así como por parte de la industria manufacturera del continente; con una reforma que contempla el establecimiento de un Pacto Industrial Limpio que flexibilice la transición ecológica del sector privado. También ha prometido un impulso desde las instituciones a la vivienda asequible, para hacerlo más accesible especialmente para la juventud.
Durante su discurso como candidata, Von der Leyen ha lanzado agrias críticas hacia Orbán por sus visitas a líderes del talante de Donald Trump o Vladimir Putin, y su abierto acercamiento en Moscú desde la presidencia rotatoria de la UE. Hacia el belicismo de la extrema derecha, la conservadora se compromete a «liderar una reforma del sistema internacional» para evitar la escalada de las tensiones globales. Más velada ha estado en la crítica a los discursos de los ultras: sin mencionar ninguno de los representantes, ha rechazado «que demagogos y extremistas destruyan nuestra forma de vida europea». En este sentido, ha atizado «todas las fuerzas democráticas de la cámara» para continuar con esta «lucha» contra la polarización provocada por el alza de los reaccionarios.