El expresidente de los Estados Unidos Donald Trump y el actual líder norteamericano, Joe Biden, encaran una jornada trascendental en la carrera por la presidencia. El país celebra el ‘supermartes’, es decir, el día en que se concentran el número más grande de elecciones primarias internas para decidir quién será el candidato de los republicanos y quién será lo de los demócratas en los comicios que se celebrarán el 5 de noviembre. Concretamente, este martes, 15 estados y un territorio están gritados a las urnas, cosa que implica que están en juego más de un tercio de los delegados que participarán en las convenciones republicanas y demócratas y que, por lo tanto, desencallarán quién se propone como candidato de cada partido.
A pesar de que ni Trump ni Biden se convertirían esta misma noche en los encargados de defender su formación en la lucha por la Casa Blanca, los resultados de las primarias y de los caucus -asambleas electorales- de este martes los convertirá en los claros favoritos para representar el partido. Entre los estados en que se vota hay California, Texas, Alabama, Colorado, Massachusetts, Utah, Minnesota y Virginia. Concretamente, los resultados de California, de tendencia demócrata, y Texas, un feudo para el republicanismo, serán clave por la carrera electoral, puesto que son los dos estados que cuentan con más delegados territoriales. Los republicanos tienen en juego 169 delegados en California, con las encuestas apuntando hacia Trump como favorito, y los demócratas escogen 424. En Texas, en cambio, los republicanos se disputan 161 delegados y los demócratas 244.

El golpe de efecto de Nikki Haley
Por la banda republicana, Trump es lo claro favorito entre los votantes para representar el partido en las elecciones presidenciales. Ahora bien, en las primarias republicanas de Washington DC -una ciudad mayoritariamente demócrata, y con un votante republicano más moderado-, la antigua embajadora de los Estados Unidos ante la ONU y candidata a los comicios internos del partido, Nikki Haley, dio un golpe de efecto y pasó por ante Trump, consiguiendo, pues, la suya primera victoria. Ahora bien, se trata de un éxito bastante simbólico, puesto que el peso de Washington -en términos de delegados- es prácticamente irrisorio.
De hecho, el apoyo del expresidente es prácticamente mayoritario. Esta noche, a las vigilias del ‘supermartes’, Trump se ha llevado el caucus de Dakota del Norte, otro de los feudos del republicanismo dentro de los Estados Unidos, con el 84,4% del apoyo. Del mismo modo que el polémico expresidente se perfila como el claro candidato de los republicanos, la victoria de Joe Biden también es clara, puesto que sus dos rivales no han conseguido arrebatarle ningún estado.