El mejor restaurante con sabor de mar del Maresme es el Bocamar de Premià de Mar o, al menos, este es el titular que ha dejado el primer
El primer restaurante que han visitado ha sido L’Espigó de Canet de Mar, que ha estado representado por su chef Sergi Campdepadrós y la jefa de sala, Alina Xapellí. En la arena de la playa misma y con vistas privilegiadas, pero con algunos comentarios negativos de los rivales en cuanto a la decoración y a la terraza. Han querido abrir todos los cajones y han encontrado errores en la cocina pequeña: «Entiendo que se puedan usar croquetas compradas, pero las tienen en una bolsa sin sellar. Le falta mucha limpieza, a aquella cocina«, ha exagerado el jefe de cocina del restaurante que acabaría ganando. Desde bien pronto quedaría patente que Oriol Balaguer sería el más exigente…
En general, los platos que los han servido les han gustado. Eso sí, han encontrado pequeños errores que no han pasado por alto. Salsa aguada, poca sal, demasiada harina, una carta demasiada comercial… El precio lo han visto correcto, puesto que ha acabado siendo más barato de lo que todos se esperaban. La nota final ha sido de un 6, con un único suspenso (4,5) para la cocina y la mejor valoración para el servicio con un 7.

¿Cómo ha sido la experiencia de los concursantes de Joc de cartes estiu en el Bocamar de Premià de Mar?
El siguiente local que han visitado ha sido el Bocamar de Premià de Mar. El espacio ha gustado, ya que las vistas son bonitas, y ha sorprendido que tuvieran botellas de vino de más de 300 € como decoración. Todo muy moderno, pero han coincidido que no crea buen ambiente porque son todo pequeños comedores que consideran que pueden llegar a generar claustrofobia. La cocina les ha maravillado, eso sí, puesto que la han encontrado muy grande y muy moderna.
A la hora de sentarse en la mesa y pedir, ha habido un momento surrealista cuando Mati Salvat d’El Timonel ha dicho que no podía comerse la ensaladilla rusa que había pedido porque llevaba huevo y ella es intolerante. Lo que sorprende más es que prácticamente siempre tiene este ingrediente, la receta… ¿No lo sabía? ¿O formaba parte de una estrategia? La comida los ha gustado muchísimo, ya que casi no han encontrado ningún tipo de error. Solo Anna, la hija de Mati, ha tenido que hacer llamar al chef porque consideraba que las gambas estaban crudas. También ella ha tenido que poner
La puntuación final ha sido de un 6,5, con el servicio como punto más destacable (7,5) y el espacio y el precio empatados con la peor nota, un 6 respectivamente.


Así ha sido la visita al Timonel del puerto del Masnou
Finalmente, los concursantes han visitado El Timonel que tienen madre e hija en el puerto del Masnou. En cuanto al espacio, han criticado que falte inversión en las sillas y también en la luz. En la cocina han encontrado cosas estropeadas y marisco congelado: «Está todo muy descuidado y con una falta total de disciplina, una cocina antigua y sin etiquetar», ha vuelto a quejarse Oriol.
La comida tampoco les ha entusiasmado, ya que la han calificado de «normal» y «bien» sin más. Han comido mejor que en otros y esto se ha notado en las puntuaciones. La nota final ha sido de un 6,5 también, así que empatan con los anteriores. En este caso, la mejor valoración es para el servicio con un 8 y la peor para la cocina con un 5.

Vuelan los cuchillos en la confrontación final
Los primeros en saber la puntuación de los rivales han sido los ganadores, los representantes del Bocamar. Han obtenido lo que se esperaban, más o menos, pero les ha hecho daño que les acusen de tenerlo más fácil con la maquinaria automatizada que tienen en la cocina: «Me sabe mal que pienses que es pulsar un botón y magia». Creen que se esperaban más nota, también en el espacio: «Nosotros sentimos mucho orgullo«.
Los representantes de l’Espigó se han mostrado enfadados: «Oriol debe de haber trabajado solo en muy buenas cocinas… pero se tiene que pasar por todo tipo de cocinas para poder decir que eres cocinero», ha espetado. Les han dicho que parecía más un chiringuito que un restaurante y esto les ha hecho daño: «Yo no sé a qué chiringuitos habéis ido, de verdad. Nosotros tenemos los mismos pescados que ellos y vendemos cerveza como también venden ellos«.
Finalmente, ha llegado el turno de Mati y Anna del Timonel. En su caso, se han mostrado sorprendidas con el 6,5 final. Ellas han sido las parejas que más bajo han votado y los otros las han acusado directamente de ir «a hacer daño«. Ellas, a cambio, también se han quejado de las notas que han recibido de Oriol y Olga: «Se han pasado y creo que ha estado un poco de estrategia porque han visto que éramos un rival fuerte».

Las votaciones de Marc Ribas han sido claves porque ha desempatado. Él ha valorado L’Espigó de Canet con un 6,8, el Timonel con un 7,4 y ha tenido clarísimo que el Bocamar se merecía ganar porque le ha puesto un 9,2 de puntuación. El plato estrella, además, también pertenecía a su carta: la gamba roja a la brasa.