Retirar los grafitis de los trenes de Cercanías salió carísimo durante el 2023. Según ha informado Renfe este domingo, retirar estas pintadas costó un total de 11,6 millones de euros. Esto supone cerca de 32.000 euros diarios, que es superior al salario bruto mediano de Cataluña. Además de la limpieza, a esta cifra se suman los gastos indirectos como la inversión en seguridad, tanto de personal como de sistemas de videovigilancia.
De hecho, Cataluña acumuló casi el 50% del total de actos vandálicos de todo el Estado el año pasado. En total se registraron, y denunciar, hasta 2.340 intrusiones de grafiteros a las instalaciones de Cercanías, el que se traduce en una media de más de seis actos vandálicos cada día en todo el país, según ha informado la compañía ferroviaria. «El año pasado se emplearon 7.500 horas de trabajo de limpieza de grafitis y los vándalos pintaron cerca de 70.000 metros cuadrados de superficie en trenes», ha detallado Renfe.
En este sentido, la compañía estatal recuerda que, al final, quien sufre las consecuencias de estos actos vandálicos son usuarios con retrasos y trenes suprimidos por carencia de visibilidad o grafitis en los elementos de seguridad que impiden la circulación, frenazos de emergencia para pintar en medio de un trayecto o el olor de este producto químico que resulta muy molesto a los viajeros. Finalmente, Renfe asegura que la presencia de personal de seguridad ha evitado que las pintadas sean de mayor dimensión, además de abortar 492 incursiones grafiteras el año pasado.
Las vagas no se notan
A pesar de que Renfe se escude en el vandalismo para justificar parte de las deficiencias del servicio, hay que recordar que a inicios de febrero, se produjo una huelga a Renfe y Adif donde los trabajadores pedían la eliminación de las categorías de ingreso en Renfe y la implementación de la jornada de 35 horas. Sus efectos, pero, no se notaron demasiado por parte de los usuarios, puesto que varias personas aseguraron a la ACN que el hecho de estar acostumbrados a los retrasos, provocó que no notaran la incidencia. “Los días de huelga no noto gran diferencia. El servicio es tan pésimo que si fuera bien la notaríamos”, aseguraba una pasajera que coge el tren para ir desde el Masnou a Barcelona cada día.