Mal rollo este mediodía ante la sede del Juzgado de Solsona que no ha llegado además de gritos y tacos de uno de los oficiales de la policía española. La topada se ha registrado entre los efectivos del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y el jefe del dispositivo de los Mossos d’Esquadra, un subinspector que ha evitado poner más pan que queso al operativo de control de la manifestación por los detenidos de la Vuelta España. Una protesta tranquila por la puesta a disposición judicial de los detenidos de la Vuelta. Una decisión que no ha gustado a uno de los tres investigadores del CNP que han entrado un par de minutos más tarde que los cuatro arrestados sábado por la mañana por «amenazas a la Vuelta».
Al llegar los detenidos de la Vuelta al Juzgado de Solsona, con un vistoso despliegue de las Unidades de Intervención Policial (UIP) del CNP, se han dispuesto las unidades antidisturbios de la policía española, con el apoyo de seguridad perimetral de los Mossos d’Esquadra que, incluso, han hecho levantar el vuelo al helicóptero de la policía catalana. Justo al llegar y salido de las furgonetas los detenidos, el grupo de ciento cincuenta concentrados se ha reunido ante la línea de agentes antidisturbios de los Mossos, del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) que impedían el acceso a la puerta de los juzgados de los manifestantes. De hecho, el Juzgado se encuentra a tocar de la plaza major en el bucólico centro histórico de la capital solsonina de calles estrechas.

«Me cago en sus muertos»
Minutos después de que entraran los cuatro detenidos, que han bajado de la misma furgoneta policial, han entrado al juzgado tres policías de paisano, uno de ellos con una camiseta gris, que llevaban diversa documentación en sobres marrones. Ha entrado en el momento que había más gritos a la manifestación y en medio de la manifestación. Curiosamente, podrían haber entrado por el pasillo que los Mossos han hecho diáfano de la calle Llobera donde no se podía ni circular con patinete. De hecho, el único que hacían los concentrados era gritar en protesta contra las detenciones, contra las «fuerzas de ocupación» y contra la justicia española. Pero la policía española ha querido entrar por el delante.
Una vez dentro, el oficial de la camiseta gris ha salido de nuevo hacia plaza y ha reclamado la inmediata presencia del jefe del operativo de los Mossos d’Esquadra, un subinspector que se encontraba al lugar de los hechos desde primera hora de la mañana. El policía nacional lo ha cogido por banda y le ha proferido gritos porque el dispositivo los ha obligado a entrar por donde había los manifestantes. A gritos de «me cago en sus muertos!», el CNP ha señalado ostensiblemente a uno de los manifestantes y ha exigido que lo identificaran. «Quiero su número del DNI enseguida!», le ha espetado. El subinspector, veterano, lo ha gritado a la calma con un contundente «tranquilo». De hecho, ha evitado cumplir los deseos del policía de acuerdo con sus compañeros para evitar «peleas aquí en medio». El policía se ha dirigido de nuevo al juzgado, pero antes de entrar ha dado media vuelta para volver hacia los Mossos y volverse a «cagar en los muertos» de un concentrado.
Se ha cerrado más la línea de ARRO y un cuarto de hora más tarde ha llegado el intendente, baches cabe de la Región Central de los Mossos d’Esquadra, para calmar las aguas. Mientras tanto, dentro del juzgado empezaban las declaraciones de los cuatro detenidos por «amenazas a la Vuelta» a Solsona. La policía los acusa de los delitos de desórdenes, delitos contra el medio ambiente, contra la seguridad viaria y de organización.
