Los Mossos d’Esquadra y el Cuerpo Nacional de Policía tienen un listado de todos los socios que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) tenía el octubre de 2017. Nombres, apellidos, DNI y correo electrónico. Todos los datos de filiación accesibles y en manos de los servicios de información y de inteligencia de la policía de la Generalitat, y que también fueron a parar en manos de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía en Cataluña. Una información que las unidades policiales españolas consiguieron durante el turbio episodio de las furgonetas de los Mossos cargadas de documentación e interceptadas a la puerta de la incineradora de Sant Adrià de Besòs, justo el día antes de la Declaración Unilateral de Independencia.
Según el sumario del caso –ahora en manos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a raíz de la demanda admitida a trámite por parte de las víctimas del supuesto espionaje de los Mossos que se destapó con aquellos papeles–, al cual ha tenido acceso El Món, los agentes españoles que comandaba el comisario José Manuel Quintela, jefe del operativo de inteligencia del CNP durante el referéndum del Primero de Octubre, obtuvieron un archivo con los datos personales de los 53.000 socios que entonces tenía la entidad independentista que presidía Jordi Sànchez, ya encarcelado por orden de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. Estos datos todavía constan en las bases de datos policiales, sin que a estas alturas se haya podido comprobar de qué manera o por qué método las obtuvieron los Mossos d’Esquadra. La versión oficial es una surrealista historia sobre un posible informador o confidente de la policía catalana que intentó tragarse una tarjeta de memoria, cosa que los agentes de los Mossos impidieron.
La misteriosa «caja número 3»
Atendida la abundante documentación confiscada que consta al sumario, esta enorme base de datos se encontraba a la «caja número 3». Una caja donde los miembros del Cuerpo Nacional de Policía encontraron «7 bloques de información de los servicios de inteligencia de los Mossos». Entre estos bloques se confiscó una carpeta bautizada como «Direcciones», con diversa documentación relacionada con la actividad de la Unidad Central de Recursos Operativos de Información (Ucroinf) y de la Unidad Central de Obtención de Información (Ucoinf). La carpeta contendía un «excel con un listado de 53.000 socios con nombre completo, correo electrónico y DNI de la Asamblea Nacional Catalana».
Además, en esta carpeta, la policía española encontró una «instrucción» de la Comisaría General de los Mossos d’Esquadra, «para unificar las órdenes de movilizaciones y videovigilancia policial, así como para desarrollar de manera sintética y clara la actuación de la Comisaría General de Información en estos ámbitos». Incluso, los Mossos tenían un informe del 12 de octubre del 2012 sobre la deriva independentista de Convergència Democrática de Cataluña donde relacionaban las «prioridades del plano independentista de CDC, colaboracionistas, riesgos y objetivos». Además, en esta caja también constaba varios informes sobre la extrema derecha y movimientos anticapitalistas.
Una historia surrealista
La explicación de la entonces líder de la Comisaría General de Información, Manuel Castellví, es que el archivo con estos datos llegó a sus manos a través de un confidente, y no a través de un sistema de intromisión o un software espía del estilo del Pegasus. Según el informe que acompañaba el excel, que fue detallado por Castellví ante el titular del juzgado de instrucción 22 de Barcelona, que investigó el caso, se trató de un hallazgo casi causal. Un confidente de la policía, D.A., que supuestamente podía conectar los Mossos con servicios de inteligencia occidentales o incluso con el Mossad –los servicios de inteligencia israelíes– habría sido la fuente de los datos.
En un encuentro con los Mossos d’Esquadra, el supuesto confidente, intentó «vender una información a los policías» y estos se negaron a comprarlo. Fue entonces cuando le encontraron una tarjeta de memoria en un zapato. El confidente miró de tragarse la tarjeta, pero los Mossos lo impidieron y recuperaron los archivos que había. Según la policía catalana, casi 3.000 archivos. Entre estos, había el excel con los 53.000 nombres de los supuestos socios de la ANC que constaban a las bases de datos de la entidad. Actualmente, son unos 34.000.
No es la única base de datos
De hecho, este caso, ahora revivido con el proceso ante la justicia europea, no es lo primero en que los Mossos tienen que justificar la posesión de varias bases de datos. En concreto, la policía de la Generalitat hizo llegar a la Audiencia Nacional el nombre y los datos personales de un total de 3.118 ciudadanos de Cataluña con alguna relación con el referéndum del Primero de Octubre. Son los nombres de los participantes en las escuelas abiertas, con todos los datos de filiación y números de teléfono y contacto que los Mossos recogieron en las actas de inspección. En concreto, eran dos listados, uno donde los Mossos relacionan 2.175 personas identificadas en cumplimiento de la Instrucción 5/2017 del 26 de septiembre de 2017 y 943 personas más del 30 de septiembre.
