Estos días, la policía de la Generalitat celebra la fiesta de las Escuadras en todo el país. Se realizan actos corporativos por áreas regionales e, incluso, por unidades o divisiones. Este jueves le tocó a la Región Metropolitana Norte, que comanda uno de los veteranos de los Mossos d’Esquadra, el comisario Sergi Pla. Uno de los comisarios con más experiencia de los actuales mandos. Pla se jubila el próximo mes de agosto, después de haber tenido a su cargo diversas responsabilidades, algunas sensibles, como la Unidad de Recursos Operativos –de la cual fue apartado por el caso Quintana–, en la Región de la Cataluña Central –donde se negó a entregar las comunicaciones a la Guardia Civil durante el Primero de Octubre– o, ahora, en la hiperpopulada Metropolitana Norte, con sede central en Granollers –donde incluso compartió mando con la entonces intendente, ahora comisaria, Montse Estruch, ahora jefa de la Región Policial de Barcelona. Pla ha mantenido buenas relaciones institucionales, no sin quejarse a las diferentes prefecturas por la falta de efectivos y materiales.

A pesar de los galones, Pla ha mantenido un perfil cercano y directo. De hecho, no le importa tomarse un café con un periodista o un afectado para evitar que un problema acabe en conflicto. Otra de sus características es su hablar claro y directo, y la defensa férrea de la tropa. Por eso, en su último día de las Escuadras antes de su jubilación, Pla tomó la palabra y, ante el director general de la Policía, Josep Lluís Trapero –a quien defendió en la Audiencia Nacional, a pesar de que el exjefe del cuerpo no lo defendió como jefe de la Unidad de Recursos Operativos–, quiso dejar constancia de su particular evangelio. Sobre todo, en un ambiente enrarecido por el «caso del 57», es decir, la agresión de miembros de la policía en el barrio de la Mariola, en Lleida, que provocó que un agente necesitara 57 puntos de sutura y que ha despertado una ola de malestar entre los uniformados como símbolo de lo que califican de «brutalidad contra la policía».

Josep Lluís Trapero, en su discurso en el día de las escuadras de la Región Metropolitana Norte/Cedida
Josep Lluís Trapero, en su discurso en el día de las escuadras de la Región Metropolitana Norte/Cedida

«Quien pega, paga»

El comisario Pla fue el encargado de finalizar el acto de entrega de las condecoraciones sin obviar esta inquietud entre los agentes. Así, no disimuló su disgusto por las agresiones que sufren los policías y remarcó que ninguna agresión quedará impune: “Contra la hostilidad, la contención, y contra la violencia, la contundencia” y dejó claro que “quien pega paga”. También subrayó lo que calificó de «muy buenos datos» delictivos en la región en los delitos contra el patrimonio y también «los valores de los agentes –la lealtad, la responsabilidad y la honestidad- que generan la confianza de los ciudadanos en el cuerpo de Mossos d’Esquadra».

Trapero no quiso perder la oportunidad y también intervino alabando la labor de los Mossos. El ahora director general también incidió en las «actitudes de intolerancia, agresivas y delictivas que deben ser condenadas desde todas las instituciones”. Además de Pla y Trapero, en el acto también asistieron el alcalde de Montmeló, Pere Rodríguez, el director del Circuito Barcelona – Cataluña, José Luis Santamaría, y el subjefe de la Región Policial Metropolitana Norte, el intendente Antoni Sánchez David. En la ceremonia se entregaron 114 felicitaciones y 25 condecoraciones a efectivos de los Mossos, a miembros de otras fuerzas y cuerpos de seguridad, a personal de administración y a representantes de la sociedad civil.

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