La enorme variedad de pueblos y ciudades que conforman el entramado catalán capta la atención de viajeros y amantes de la naturaleza. Mientras que en la primavera y el verano los pueblos costeros concentran buena parte de los visitantes, con el retorno del frío, los pueblos del interior del territorio, especialmente en los Pirineos, cobran protagonismo. Más allá de localidades como Besalú (Osona), Siurana (Priorat) y Cadaqués (Alt Empordà), los destinos mejor valorados por revistas y medios internacionales de renombre, hay otros pueblos de Cataluña que son dignas de mención. Uno de estos ejemplos es Alp, un pequeño municipio de poco más de 1.700 habitantes —según el último censo del Idescat— de la Baja Cerdaña, situado en la frontera con la comarca del Ripollès.

A diferencia otros puntos de Cataluña, Alp es un pueblo que se caracteriza para convivir con la lluvia buena parte del año. De hecho, es gracias a estos chubascos, y a las bajas temperaturas del invierno, que durante buena parte del año —a pesar de que cada vez menos a causa del cambio climático— el pueblo queda completamente cubierto por la nieve. Una imagen que fusiona el blanco de la nieve con el negro de la pizarra de los tejados, cosa que genera un contraste digno de postal. La historia de Alp se remonta al siglo IX, que el actual pueblo era parroquia del Obispado de Urgell. A comienzos de aquel siglo, sus tierras estaban repartidas entre los barones de Urtx, los vizcondes de Castellbò y el rey. A medida que pasaban los años, los reyes de Aragón fueron comprando todas las tierras de los varios barones hasta unificarlas en un solo pueblo.

Un paraje idílico para los amantes del esquí

Su ubicación lo convierte en un paraje idílico para los amantes de los deportes de montaña, especialmente los de nieve, puesto que está situado a poco menos de quince minutos de la estación de esquí de la Molina o de la Masella, dos de las más frecuentadas de Cataluña. Más allá del esquí, también es un buen lugar para hacer excursiones de fin de semana, puesto que conecta con grandes extensiones de bosques en las montañas de Alp, la Comella y el Saltèguet. El término municipal de Alp también integra una pequeña parte del Parque Natural Cadí-Moixeró, con varios recorridos y refugios, y de la reserva nacional de caza de la Cerdaña.

Imagen del interior de la iglesia de Sant Pere / Ayuntamiento de Alp

La iglesia de Sant Pere

Uno de los principales puntos de interés es la iglesia de Sant Pere. Se trata de un edificio del siglo XI, con muchas modificaciones posteriores. Es el único ejemplar románico de la comarca que presenta una planta basilical, de tres naves. La puerta abierta a levante es la única de las aperturas primitivas que conserva el edificio. A la pared norte del presbiterio hay una pintura gótica del siglo XIV con la figura de San Cristóbal. Se conservan dos tallas de la Virgen María, una en el Museo de Arte de Girona y la otra del s. XIII, en el Museo Episcopal de Vic.        

Comparte

Icona de pantalla completa