Cataluña es un país lleno de rincones dignos de descubrir, al menos, una vez en la vida. Los visitantes internacionales tienden a acercarse a los pueblos y municipios de la costa catalana, ya que son destinos ideales que combinan el clima mediterráneo y el agua cristalina -en algunos puntos de la costa, no en todos- con las tradicionales casas blancas de pescadores. Sin embargo, la riqueza paisajística del territorio también esconde muchos pueblos imprescindibles en las comarcas del interior. Este es el caso, por ejemplo, de Montsonís, una población adherida al municipio de Foradada, en la comarca de la Noguera. Este pueblo está situado en la ladera oriental de la sierra de Montsonís, a 385 metros de altitud, a la izquierda del río Segre, junto con la entrada del estrecho de Salgars.

Se trata de un pequeño pueblo, entendido administrativamente como una entidad singular de población -un concepto estadístico utilizado para los censos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat)-, de poco menos de cien habitantes. De hecho, en el año 2023 solo tenía 60 habitantes censados. Este pueblo, sin embargo, pertenece al municipio de Foradada, que tiene un total de 179 habitantes -según los últimos datos del Idescat. No obstante, este pueblo no siempre ha formado parte del término municipal de Foradada, ya que antes del siglo XIX era una población completamente independiente -administrativamente hablando.

El castillo, un símbolo de Montsonís

Este pequeño pueblo de la comarca de la Noguera es un destino ideal para las personas amantes de la historia, especialmente de la época medieval, ya que Montsonís destaca, principalmente, por su castillo. Se trata de una edificación medieval construida en el año 1024 por orden del conde de Urgell Ermengol II. Está situado en la parte alta del término municipal como bastión defensivo. Durante los años, este castillo ha ido cambiando de manos. Concretamente, según los registros documentados de la época, el castillo fue regentado inicialmente por la familia de los Pons, tal como consta su escudo familiar en la puerta de la edificación. Después de la familia Pons, quienes regentaron la edificación durante siglos, el castillo pasó a manos de los Rocabruna en 1720, debido al casamiento de Agnès de Pons y de Desvalls con Anton de Rocabruna. En la actualidad Carles de Montoliu i Carrasco, Barón de Albi, es el trigésimo Señor de Montsonís y actual propietario del castillo.

En estos momentos, aunque el castillo ya ha perdido un poco de su majestuosidad inicial, este emblema de Montsonís está abierto a visitas, lo que lo convierte en una parada indispensable para las personas que opten por hacer una escapada de fin de semana a esta población de la Noguera. Además de visitas, este castillo también es la sede de la Fundación Castillos de Cataluña, una entidad que dedica su labor a promover actividades culturales en estas antiguas fortalezas.

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