Después de un verano caluroso llega el otoño, la época del año en la cual los bosques se tiñen de tonos marrones y anaranjados y las temperaturas empiezan a bajar sustancialmente para dar al frío del invierno. Uno de los rincones ideales por disfrutar del paisaje estos días antes de que entre de pleno el frío es la Vall de Arán, puesto que una vez quede totalmente cubierta por la blanca nieve la temporada de esquí dará su pistoletazo de salida. Así pues, aprovechar un fin de semana de octubre para adentrarse dentro de los bosques araneses es un gran plan para hacer en familia. Estos son los cinco rincones que no os podéis perder, según la página web ‘
El bosque de Conangles
Bien cerca del túnel que abre camino hasta Vielha, la capital aranesa, se levanta el bosque de Conangles. Uno de los bosques más bonitos de ver gracias a la fusión de colores que se crea en las copas de los árboles, puesto que une el verde de los abetos con las tonalidades marrones de las hayas. En todo este mar de colores se le suma el blanco del suelo cuando la nieve cubre los caminos.

La artiga de Lin
Se trata de ruta circular más típica de la Vall de Arán cuando el objetivo es contemplar el paisaje. Solo bajar del coche ya queda a cuerpo descubierto el Coll de Haro, que se levanta entre las montañas. Durante la ruta se puede disfrutar de pequeños saltos naturales de agua, algunas pozas e infinidad de caminos.

Lo Sauth des Pish
El Sauth des Pish, denominado así en aranés, es el salto de agua por excelencia de la Vall de Arán. Se trata de una cascada de 35 metros de altura situada sobre del Valle de Varredós. Desde el Plan de Artiguetes es una caminata de poco más de un kilómetro.
El valle de Toran
El valle de Toran es uno de los valles más idílicos de todo el Arán. Un buen número de caminos recorren los bosques atlánticos de este valle, que durante el otoño se tiñen de colores espectaculares que contrastan con el verde frondoso que la caracteriza durante toda la primavera y buena parte del verano.

La Bassa d’Oles
La Bassa d’Oles es un pequeño estaño muy próximo a Vielha escondido en medio de la inmensidad de los bosques. Rodeado por la frondosidad de Varicaba aparece la balsa, ideal para refrescarse y disfrutar de la naturaleza al mismo momento.
