La R2 sur recuperará este sábado la normalidad en el servicio después de tres semanas de afectaciones por la avería en un cuadro de señales en Gavà. Si no hay ningún imprevisto, los trenes de Cercanías entre Sant Vicenç de Calders y Barcelona y los regionales que van a Tarragona, Reus, Lleida y las tierras del Ebro circularán con normalidad. Adif ha conseguido reparar el sistema que se incendió el pasado 1 de mayo un día antes del plazo que dio la ministra de Transportes, Raquel Sánchez.

La avería en la R2 sur ha generado una gran controversia y ha vuelto a sacar del cajón el viejo debate sobre el traspaso integral de Cercanías. La Generalitat, muy crítica con Renfe y Adif, ha exigido una vez más al gobierno español que inicie los trámites para ceder la gestión de Cercanías, pero la Moncloa, no quiere ni oir hablar de ello. Y menos en plena campaña electoral para las municipales y autonómicas del 28 de mayo. Los gobiernos catalán y español también se han enfrentado por los motivos de la incidencia.

Puntos de información de Cercanías a la estación de Sants cerrados durante la avería de la R2 sur / ACN

Todavía no se ha aclarado la causa de la incidencia

Las causas de la incidencia todavía no se han podido aclarar. Hasta ahora, la investigación de Adif ha concluido que la avería la provocó una sobretensión en la catenaria, pero sus técnicos no han estado capaces de determinar qué causó la sobretensión. En un primer momento, el gestor de infraestructuras ferroviarias atribuyó el accidente a un rayo, pero el Servicio Meteorológico de Cataluña lo desmintió con un informe que demostraba que no se habían registrado tormentas ni rayos en la zona el día del incendio.

Con el paso de los días, tanto Adif como el gobierno español fueron cambiando de discurso y, a pesar de no descartar que fuera un rayo, ampliaron el abanico de posibles causas de la sobretensión. Ambos han negado rotundamente que la avería haya podido ser consecuencia de la falta de inversiones en la red. La Generalitat ha abierto un expediente sancionador a Renfe por la mala gestión del servicio de atención al cliente durante las afectaciones por la avería, puesto que el operador no ofreció suficiente información a los viajeros y cometió varias irregularidades. La compañía se enfrenta a una multa de hasta un millón de euros por una infracción grave.

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