El expediente sancionador que la Agencia Catalana de Consumo ha abierto a Renfe por la mala gestión de la avería de la R2 sur podría costarle un millón de euros a la compañía. Según ha explicado el ente, que depende del Departamento de Empresa, durante las inspecciones en varias estaciones de Cercanías se han detectado «infracciones que podrían tipificarse como muy graves, teniendo en cuenta la alteración social provocada por los hechos». Consumo recuerda que las infracciones muy graves pueden comportar multas de hasta un millón de euros.
La semana pasada, Consumo envió inspectores a las estaciones de Cercanías Barcelona-Sants, Paseo de Gracia, Camp de Tarragona, Reus y l’Aldea-Amposta-Tortosa. El ente había detectado “irregularidades” en el servicio de información y de atención al cliente de Renfe después del caos generado en la R2 sur, que funcionará a medio gas durante un mes y ha obligado al operador a ofrecer un servicio alternativo por carretera.
El Gobierno alerta que hay varios agravantes para multar Renfe
En un comunicado, la Agencia Catalana de Consumo acusa Renfe de “prácticas comerciales desleales», así como de «incumplimiento de las obligaciones de atención a los consumidores”. El operador ferroviario podrá presentar alegaciones antes de la resolución del expediente. El ente alerta de la «alteración social grave” que ha provocado la avería porque ha “generado desconfianza en los consumidores”, una circunstancia que además se agrava porque Renfe tiene una posición “dominante” en el mercado.
Entre las irregularidades que ha detectado la inspección de consumo destacan las “deficiencias” en la información que se facilita a los viajeros sobre las alteraciones del servicio, los horarios y transportes alternativos; el cierre de puntos de información y de atención al cliente; la venta de billetes en las máquinas automáticas para trayectos que se habían suprimido; o el anuncio de trenes como servicio directo o con paradas en algunas estaciones que después se acaban parando en todas las estaciones.
