El tercer convenio colectivo de trabajo de los hospitales, centros de atención primaria, centros sociosanitarios y centros de salud mental, firmado el enero del 2023, y el III Acuerdo de condiciones de trabajo del personal estatutario del Instituto Catalán de Salud (ICS), que se firmó el pasado 22 de noviembre, han sido la gota que ha hecho derramar el vaso del malestar del sector. Desde entonces, el sindicado de Enfermeras de Cataluña y la Federación de Técnicos y Profesionales de la Sanidad (FTPS), formada por el Sindicado de Técnicos de Enfermería (SAE) y el Sindicato Estatal de Técnicos Sanitarios (SIETeSS), han convocado huelgas indefinidas, cada cual la suya, para presionar a la consejería de Salud, encabezada por Manel Balcells, y conseguir una mejora de las condiciones laborales.
Mientras que los técnicos sanitarios -es decir, todos los profesionales que hacen pruebas diagnósticas, como por ejemplo ecografías, mamografías o radiografías, entre otros- han llevado a cabo varios actos de protesta durante los últimos meses, pero no ha sido hasta este lunes 8 de enero que han anunciado la huelga indefinida, las enfermeras ya hace un mes entero que se encuentran en esta situación: «Estamos muy contentos de la bastante y las ganas que ha puesto el sector para reivindicar mejoras salariales», asevera la vicepresidenta del sindicato de Enfermeras de Cataluña, Laia Marsal, en conversación con El Món. Desde el día 12 de diciembre, las enfermeras han empezado una partida de ajedrez contra la consejería que empezó con la primera manifestación, que concentró miles de profesionales de todo el sistema público de salud, excepto los médicos –el único sector satisfecho con el III Acuerdo– que tiene como objetivo conseguir una «mejora salarial» y hacer caer Balcells como responsable de la cartera.
«Sin mejoras tangibles, no pararemos»
Desde entonces han continuado aplicando presión al Departamento con nuevas manifestaciones, como las de esta semana, y varias reuniones con responsables de la consejería y el mismo Balcells: «Las movilizaciones que hemos llevado a cabo a lo largo de estas semanas han evidenciado que el malestar y el desacuerdo del sector es compartido por las enfermeras de todo el país», argumenta Marsal, que también deja claro que las reuniones que han mantenido con el departamento han sido de carácter «institucional» y no para negociar la desconvocatoria de la huelga: «Sin mejoras tangibles, no pararemos. Si piensan que ya nos cansaremos y que no hay que escucharnos, están equivocados, no lo conseguirán», asevera.
Durante las protestas de las enfermeras, se sienten muchos cánticos que piden la dimisión del consejero y que sitúen al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, como máximo responsable de la situación actual.

Una reclamación que también comparten los técnicos sanitarios: «Esquerra Republicana son los artífices del problema, puesto que son ellos quien han designado los responsables políticos de Salud que nos han llevado hasta aquí», acusa el secretario de organización y territorio de SIETeSS y miembro de la FTPS, José Joaquín Durán, que expresa con firmeza el malestar de su sector y que deja muy claro que su huelga indefinida «coincide en el tiempo» con la huelga de enfermeras, pero que no son la misma. Contactado por este diario, el Departamento de Salud ha descartado hacer ningún comentario sobre las huelgas indefinidas.
Los adelantos con el primer mes de huelga de las enfermeras
Según explican desde el sindicato de Enfermeras de Cataluña, el primer mes de pulso con la consejería les ha permitido conseguir algunas pequeñas victorias, pero no suficientes para parar la vaga. Han conseguido «garantizar el derecho a la desconexión digital con la creación de un código de desconexión digital durante el primero/segundo semestre de 2024», ampliar la flota de vehículos del territorio para poder garantizar la cartera de servicios de la atención domiciliaria a la atención primaria, y reconocer las enfermeras como «figuras válidas como jefes de turno y de guardia». Tres pequeñas victorias, pero, que no son suficientes para poner fin a la guerra.
Ahora bien, la reclamación por la cual todavía luchan es obtener un complemento salarial equivaliendo al A1. Subirles la categoría es competencia de Madrid decidir si otorgarlo o no. Aun así, la presidenta del sindicato de Enfermeras, Nuria Guirado, aseguraba en una comparecencia ante la prensa la semana pasada que la Generalitat no está del todo atada de manos en relación con esta cuestión: «A pesar de que la competencia es de Madrid, la Generalitat puede crear un complemento de homologación que permita a las enfermeras disfrutar de este reconocimiento mientras no llega el oficial«. En este sentido, Marsal asegura que el consejero les trasladó durante la reunión institucional que mantuvieron el mes de diciembre, que esta reclamación sería una de las cuestiones que pondrá sobre la mesa en la reunión que mantendrá con la ministra de Sanidad, Mónica García, en la cual volverá a pedir formalmente un cambio de categoría por las enfermeras. «Para nosotros hay líneas rojas y pedimos en el Gobierno el compromiso para poner en marcha todo aquello que esté a su alcance mientras no llega la recalificación, que ya hace muchos años que pidamos», espeta. De hecho, es por este motivo que han convocado una manifestación este sábado, 13 de enero bajo el lema ‘Un gobierno que no invierte en sus enfermeras, es un gobierno que las condena al exilio’.

«Provocaremos el caos»: la amenaza de los técnicos sanitarios
Mientras las enfermeras hacen su guerra, los técnicos sanitarios tienen otra batalla. Denuncian una «falta de compromiso» por parte del Gobierno con este colectivo esencial para el funcionamiento del día a día de los hospitales y reclaman una mejora urgente de sus condiciones laborales: «Si el II acuerdo del ICS [del 2006] ya era injusto para nosotros, el acuerdo logrado 17 años después todavía es peor», denuncia Joaquín Durán, que lo tilde de «clasista».
Es por eso que, ante la inactividad de la consejería, los sindicatos aseguran que la próxima semana pararán «del todo» su actividad, cosa que, según defienden, «provocará el caos»: «Si nosotros paramos no se pueden hacer las pruebas de radiología, no se pueden hacer del mismo modo los procesos de diagnóstico, cosa que tiene una repercusión directa en las cirugías que se pueden llevar a cabo. Se tendrán que desprogramar quirófanos, y esto todo el mundo lo notará», asevera el secretario de organización y territorio de SIETeSS, que remarca que los profesionales del colectivo «cada vez están más enfadados» y que, por lo tanto, no les temblará el pulso.
Guerra de cifras con el seguimiento de las vagas
A pesar del malestar del sector, las fechas navideñas y el aumento de contagios por virus respiratorios, especialmente de gripe y Covid, ha dificultado un poco un seguimiento masivo de la huelga: «Tenemos que entender que son días muy complicados y que ya hace un mes que nos encontramos en situación de huelga indefinida. Por lo tanto, a pesar de que estamos muy contentos con la bastante que tenemos, es normal que algunas compañeras opten por no adherirse», argumenta Marsal, que añade que la presión asistencial también los ha puesto en una situación complicada. La vicepresidenta del sindicato de enfermeras, pero, explica que también han especificado varias acciones de protesta que se pueden llevar a cabo sin sumarse directamente a la manifestación activa.
Según los datos facilitados por la consejería, que emite un comunicado sobre la huelga periódicamente, el seguimiento de la última semana ha sido de un 1,3% de media. Desde los sindicatos, pero, consideran que los datos son sesgados. «El Departamento no nos ha querido facilitar ninguna cifra sobre el seguimiento desde que nos hemos declarado en huelga, pero por las informaciones que nos expresan los trabajadores de los principales hospitales de Cataluña el seguimiento está siendo masivo», asevera Durán, que considera que si la consejería no da respuestas a sus peticiones de información es que van «por el buen camino». Así pues, con la partida de ajedrez empezada y todas las piezas en su lugar, los sindicatos del sector sanitario se preparan para un 2024 pleno de reivindicaciones.