Dormir bien es esencial para la salud, por eso este viernes se conmemora el Día Mundial del Sueño. El día tiene por objetivo visibilizar la importancia que las personas tomen medidas por mejorar el sueño y por tanto su bienestar físico, mental y social. «El sueño es esencial para la salud, dormir adecuadamente es igual de importante que una correcta alimentación o hacer ejercicio. Influye enormemente en la memoria y el aprendizaje», avisa la doctora Ana Fernández, coordinadora del grupo de estudio de trastornos de la vigilia y el sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
La doctora recuerda que dormir mal está relacionado con más riesgo de obesidad, de diabetes y de mortalidad prematura y que también reduce la respuesta inmunitaria, lo que provoca más susceptibilidad a las infecciones. También puede suponer más riesgo de accidentes laborales y de tráfico, puesto que afecta al tiempo de reacción y a la toma de decisiones. «Cada vez tenemos más evidencias de que algunos trastornos del sueño pueden estar íntimamente relacionados con riesgo de desarrollar Alzheimer, enfermedades vasculares o mal control del epil·lepsia«, avisa la doctora, que añade que el porcentaje de población que no duerme bien es «altísimo».
De hecho, la SEN estima que el 48% de la población adulta y el 25% de la infantil no tiene un sueño de calidad, y apunta que al menos un 50% tiene problemas para conciliar el sueño. El 32% se despierta con la sensación de que no ha tenido un sueño reparador. «Hay varios factores para que un sueño sea de buena calidad», explica. Sitúa en primer lugar la duración del sueño, que tiene que ser suficiente para estar descansado y alerta el día siguiente. En los adultos tiene que durar entre 7 y 9 horas diarias, en los niños de más de dos años más de 10 horas y en los adolescentes como mínimo 8. También es importante la regularidad del horario de descanso, que tiene que ir de acuerdo con el ritmo circadiano y el reloj biológico. Por último, la continuidad. Los periodos de sueño tienen que ser estables y evitar la fragmentación durante el sueño profundo NREM y el sueño REM. «Si alguno de estos elementos falla no estamos descansando adecuadamente», advierte Fernández.

El mal descanso es más frecuente en mujeres y gente mayor
Las más afectadas por los problemas del sueño son las mujeres y la gente mayor. Solo un 33% de las mujeres duerme entre semana más de 7 horas y un 25% de la gente mayor tiene problemas de sueño. Ahora bien, también tiene afectación entre los niños y adolescentes, puesto que el 20% reconoce que no tiene horarios de sueño regulares. «Para tener buenos hábitos de sueño es fundamental no solo intentar dormir las horas suficientes según nuestra edad sino tener un horario regular«, insiste la doctora, que apunta que también hay que llevar una vida saludable, hacer ejercicio físico regular y evitar comer demasiado justo antes de ir a dormir. También las sustancias como el alcohol o el tabaco. Las siestas también están desaconsejadas para las personas que tienen problemas para conciliar el sueño y a nivel general se recomienda que no sobrepasen los 20-30 minutos.
El entorno donde se descansa también tiene un papel importante en el descanso. Es importante estar a oscuras, en silencio y evitar el estrés. Para hacerlo se aconseja alejarse de los elementos que puedan sobreexcitar antes de ir a dormir, como por ejemplo los móviles o los ordenadores. Estas medidas pueden servir por mejorar la higiene del su, pero hay que tener en cuenta que el sexo y la genética de cada cual también juegan un papel importante. Hay un total de 100 trastornos del sueño clasificados y muchas personas tienen enfermedades que interfieren en el buen descanso. A pesar de que la mayoría de trastornos del sueño se pueden prevenir y tratar, menos de un tercio de las personas que los sufren buscan ayuda profesional.