El barrio de Cerdanyola de Mataró (Maresme) lleva una semana con disturbios, quema de contenedores y enfrentamientos con la policía, lo que ha obligado a los Mossos d’Esquadra a desplegar un operativo especial para «pacificarlo». Es un nuevo quebradero de cabeza para los Mossos tras los episodios vividos en Manresa (Bages), Salt (Gironès) o en la Mina, en Sant Adrià del Besòs (Barcelonès), que han obligado al Departamento de Interior a reaccionar ante las críticas de los vecinos y desplegar antidisturbios de la Brimo o la ARRO para reforzar la seguridad. Todo comenzó la semana pasada, cuando la policía catalana detuvo a una persona la noche del miércoles mientras intentaba ocupar un piso en el barrio de Cerdanyola. Desde entonces, los incidentes son constantes y la tensión crece por momentos. Hasta ahora, ha habido una decena de detenidos, muchos de ellos menores, y una treintena de contenedores quemados.
La consejera de Interior, Núria Parlon, se ha reunido este jueves por la mañana con el alcalde de Mataró, el socialista David Bote, que gobierna la ciudad desde el año 2015, y los responsables de los Mossos d’Esquadra y la Policía Local para analizar la situación y buscar una salida a la crisis. “Los incidentes son reprobables y las detenciones debían producirse”, afirmó la consejera tras el encuentro. “No se pueden quemar 30 contenedores y que no pase nada”. Interior cree que los disturbios disminuirán pronto, pero apuesta por “pacificar” el barrio primero y, una vez se haya recuperado “el orden público”, entonces será el momento de hacer un “análisis pausado” sobre “qué hay detrás” de la rabia que ha conducido a los disturbios. El PSC ha gobernado Mataró desde 1979, con la única excepción de la legislatura 2011-2015, que gobernó CiU.
“Otra cosa son qué derivadas tenemos detrás de vulnerabilidad social y otros elementos que no se podrán resolver exclusivamente con presencia policial”, dijo Parlon este miércoles desde Tortosa. La consejera de Interior también ha puesto deberes al Ayuntamiento, que una vez pasen los disturbios deberá “trabajar para luchar y remover la falta de oportunidades” que hay en el barrio. “Hay que diferenciarlo claramente. Ahora hay un problema de orden público y la policía debe actuar y, después, evidentemente, se llevarán a cabo todos aquellos programas de carácter social, de acompañamiento, de refuerzo en algunas de las conductas que se puedan observar”.

La chispa que ha encendido un barrio olvidado
Hace años que el barrio de Cerdanyola vive en una espiral descendente de degradación, vulnerabilidad e inseguridad. Un caldo de cultivo para el malestar social, que esta vez ha explotado por la detención de una persona cuando intentaba ocupar un piso en la calle Valencia el pasado día 9. Esa misma noche hubo los primeros disturbios, que se repitieron la noche del jueves y que esta semana también han continuado tanto lunes como martes. En total, una treintena de contenedores quemados, tres vehículos incendiados y nueve detenidos, cinco de los cuales son menores, incluido un menor de 14 años inimputable. El Ayuntamiento asegura que mantendrá el dispositivo especial de los Mossos, que han desplegado agentes del Área de Recursos Regionales Operativos (ARRO), tanto tiempo como sea necesario porque la violencia “no tiene cabida” en la ciudad.
Los últimos incidentes se produjeron la noche de martes a miércoles. Un grupo de jóvenes quemó contenedores en las calles Rosselló y Ramon Berenguer III. La gran presencia policial en la zona permitió detener a cuatro menores. Solo tres están acusados de daños y desórdenes públicos, ya que el cuarto es el menor de 14 años que la policía entregó a sus padres. La detención de varios menores es lo que más preocupa a Interior y así lo ha trasladado al alcalde, David Bote, durante su reunión. Parlon ha asegurado que hay que analizar con detalle por qué hay tantos menores protestando en la calle y abrir un “diálogo” con ellos. “La gente más joven y los menores deben ver que en Mataró tienen oportunidades educativas, ocupacionales y para disfrutar de una vida en la que tengan ascensor social”.
Aun así, la consejera ha cerrado filas con los Mossos y ha defendido la actuación de los últimos días. “Hay líneas rojas que no se pueden traspasar”, advirtió. “Una cosa son las oportunidades y otra cosa es el incivismo, que debe recibir como respuesta todo el peso y la fuerza de las instituciones”. El alcalde de Mataró ha reconocido que son días de “mucha preocupación” para la ciudad y ha reclamado que no se aprovechen los disturbios para obtener rédito político. “Como ciudad continuaremos nuestras batallas y nuestras luchas para seguir construyendo una ciudad de oportunidades para todos. El punto de partida es el respeto a las normas”, dijo.