En la última semana, Cataluña ha vivido un hecho que prácticamente se había olvidado. Ha llovido y, después de mucho tiempo, la lluvia ha sabido dónde llover. Las precipitaciones se han repartido por todo el territorio y han sido generosas en las cabeceras de los ríos y en forma de nieve en el Pirineo; un hecho que ha supuesto que en solo un fin de semana los embalses hayan vivido el aumento más grande de los últimos cinco años pasando del 31,1% al 41%. Esta subida hizo que incluso el Gobierno de la Generalitat de Cataluña abriera la puerta a levantar el estado de emergencia en los municipios donde está vigente.
Esta novedad de que la lluvia por fin ha sabido llover es la que destacan Javier Martín Vide, climatólogo y catedrático de geografía física de la Universidad de Barcelona, y Pau Comes, investigador del Stable Isotope Analysis Lab (LAIE) y del Institute of Environmental Science and Technology (ICTA). «Lo importante es que ha llovido en las cabeceras de las cuencas internas y ha nevado en el Pirineo. Ha subido el nivel de los embalses y se ha generado una reserva de agua. Ha llovido suave, pero de forma continuada, no ha habido grandes riadas, ni inundaciones, ni torrentes. Ha sido la lluvia ideal que necesitábamos para estos problemas», afirma Comes. Martín Vide corrobora la visión de Comes y añade que «en los próximos días y semanas podremos observar que las reservas seguirán creciendo gracias al deshielo de la nieve que ha caído en las montañas».
De hecho, Martín Vide incluso se atreve a señalar que la sequía que ha azotado Cataluña en los últimos cuatro años «ha finalizado». El catedrático, sin embargo, explica que «podemos dar por finalizada esta sequía tan grave que hemos sufrido, pero el fenómeno en sí no ha terminado. Como episodio de peligro de la naturaleza la daría por finalizada, pero el fenómeno es recurrente, es un fenómeno que con el cambio climático será más frecuente. No podemos pensar que ha terminado del todo, volveremos a tenerla y muy probablemente no tardará mucho y quizá no serán tan graves, esta sequía que hemos sufrido no tenía equivalente en los últimos 200 años.»
La borrasca Jana, aliada inesperada de Cataluña
El impacto, extremadamente positivo, del paso de la borrasca Jana ha sido una sorpresa para todos los expertos y las previsiones meteorológicas. Pau Comes señala que «este tipo de temporales son fenómenos relativamente habituales en nuestro clima» a pesar de que en los últimos años casi no se ha vivido ningún episodio de este tipo. El investigador añade que «uno de los rasgos diferenciales de la Jana es que se ha producido más temprano, este tipo de temporales eran más habituales de abril o mayo» y este adelanto de su llegada «podría estar relacionado con el aumento de la temperatura del mar que hace que estos fenómenos se adelanten, que se adelante la primavera y el verano.» «Rompe los esquemas porque rompe el comportamiento climatológico habitual de las últimas décadas o siglos», añade Comes.

Por su parte, Javier Martín Vide destaca el cambio que ha hecho que la Jana haya sido tan provechosa para Cataluña, ya que esta depresión «entró por el golfo de Cádiz», motivo por el cual la lluvia regó toda la zona mediterránea, extendiéndose desde Murcia hasta los Países Catalanes. Uno de los aspectos clave que destaca el climatólogo es que la Jana no vino del oeste, del Atlántico, ya que en esos casos las borrascas llegan secas. Como entró por el sur, «el giro de vientos en una borrasca es antihorario y Cataluña recibe vientos del Mediterráneo aunque la borrasca llegue del Atlántico.» «Se ha notado que ha habido humedad», sentencia el climatólogo.
2025 y el futuro del país donde la lluvia no sabe llover
En una conversación anterior con El Món, los dos expertos explicaron que en Cataluña la orografía hace que la lluvia muchas veces caiga donde ‘no debería caer’. Este 2025, de momento, parece positivo en cuanto a nivel pluviométrico y el Gobierno de la Generalitat se ha fijado el mes de abril como el mes definitivo que determinará cómo afrontará Cataluña el nuevo año en el ámbito de recursos hídricos. El Gobierno, en rueda de prensa, explicó que las previsiones para el mes de abril son buenas, pero que hay que actuar con «prudencia».
De hecho, los expertos consultados por El Món también apelan al optimismo y, a la vez, a la prudencia. «Las previsiones a medio plazo (2-3 meses), cuesta hacerlas», señala Pau Comes. Explica que «todos los modelos indican que será una primavera bastante lluviosa, sobre todo en abril, pero se verá en las próximas semanas, pero invitan al optimismo». Martín Vide, sin embargo, pone un poco de agua al vino y dice que «las predicciones estacionales siempre tienen un alto margen de incertidumbre, y más en el Mediterráneo». De hecho, el climatólogo pone de ejemplo la borrasca Jana y cómo «puede cambiar el carácter climático de un año. Muchas veces llegamos al otoño estando en un año seco y, de repente, llegan dos borrascas que nos normalizan pluviométricamente el año». «No es fácil predecir el futuro meteorológico», sentencia.