El nuevo reglamento del Congreso de los Diputados, que permite hablar en catalán, gallego o euskera, ha enfurecido a media sociedad española. Entre la gente indignada están las presentadoras del nuevo programa de Telecinco por la mañana, La mirada crítica. Este martes, el día que se estrenaban las lenguas cooficiales en el Congreso, la presentadora del programa que sustituye al de Ana Rosa, Ana Terradillos, hizo un polémico editorial muy crítico con la medida. Terradillos es de origen vasco, por lo cual para hacer este editorial aprovechó que sabe hablar en euskera. Se dirigió a la audiencia con uno Egun donde y un discurso en euskera que los espectadores sentían con un traductor simultáneo.

El discurso en euskera decía: «Buenos días. Hoy llega al Congreso el uso de las lenguas cooficiales. Bienvenidos en el día de la orejera para traducir las lenguas de nuestro país«. Después, Terradillos pasaba al castellano para decir que el que los espectadores estaban sintiendo no era ningún error técnico. «Su televisión funciona bien. Así, con traducción simultánea, serán desde hoy las intervenciones de los diputados en la cámara baja. Pero todo esto no es gratis. Polémica por el coste de una medida que muchos ven innecesaria», criticó la presentadora.

El Pleno del Congreso de los Diputados / ACN

El programa critica la cantidad de dinero que costará la traducción simultánea

Entonces dio a una compañera catalana, Clàudia Collado, que empezó a hablar en catalán. “¿Qué tal, Ana? Mucho buen día desde el Congreso de los Diputados. Y bienvenidos en el día del pinganillo aquí a las Cortes”, dijo la chica antes de repetir la frase en castellano y mostrar abiertamente la indignación para poder hablar en catalán en el Congreso. «Esto que estoy haciendo yo, esta nueva era que se inicia aquí, tendrá un coste adicional que llega a los 300.000 euros desde hoy hasta finales de año«, espetó.

La excusa del dinero está siendo la más utilizada por los detractores de la medida. Pero más allá de esto, este programa de Telecinco entrevistó unos cuántos ciudadanos que paseaban por los alrededores del Congreso y los puso videos en catalán y en euskera para enfocar sus caras y decir que la cara de esta gente era «la misma que se los quedaría a los diputados» en sus escaños cuando otros diputados utilizaran lenguas cooficiales.

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