La sanidad es el ámbito de servicios donde los usuarios perciben un dominio más claro del castellano frente al catalán porque, según la Encuesta de Usos Lingüísticos de la Población de 2023, el 42% de los pacientes admiten que solo hablan en castellano con el personal médico. En gran parte, se ha llegado a esta situación porque Cataluña, como ocurre en otros lugares de Europa, ha necesitado contratar médicos de otros países para hacer frente a una avalancha de jubilaciones en el sector que comenzó en el año 2010 y que, según previsiones del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), alcanzará su pico en 2025. Así, más de la mitad de los nuevos colegiados del COMB en 2023, concretamente el 53%, fueron médicos extracomunitarios –graduados en Medicina en universidades extracomunitarias. De los 2.344 nuevos colegiados, 1.242 llegaron de fuera de la Unión Europea. Por razones obvias, es el colectivo de médicos que menos competencias tiene en catalán, al menos de partida. Los datos, según señalan fuentes oficiales del Colegio, no variarán mucho respecto a las cifras oficiales de 2024 para el conjunto del país, que aún se están tratando y se darán a conocer próximamente, ya que la demarcación de Barcelona marca la tónica del conjunto de Cataluña porque el COMB es, de lejos, la corporación de médicos más grande de las cuatro que hay en el país.
Entre los médicos provenientes de fuera de la UE, según detallan las mismas fuentes del colegio, hay algunos que vienen porque quieren hacer la especialización en Cataluña, hay otros que tienen una especialidad en su país de origen que quieren aplicar aquí –deben solicitar la homologación al Ministerio de Sanidad, un proceso que tarda mucho en resolverse– y también los hay que no tienen especialidad. Esta misma situación se produce con los médicos provenientes de universidades españolas, con la diferencia de que no deben homologar la especialidad.
Las fuentes consultadas remarcan que no se ha producido un descenso de médicos autóctonos en cifras absolutas, pero el grueso de nuevos colegiados ha aumentado mucho en los últimos años y ha sido con extracomunitarios. Por poner un ejemplo, si antes había 1.000 médicos catalanes que se colegiaban anualmente, esta cifra no se ha reducido, al contrario, son los mismos o más, pero «hay una necesidad en el mercado laboral» y los médicos extracomunitarios se añaden y han aumentado.
En porcentajes, los médicos graduados en Cataluña han pasado de suponer el 47% del total de nuevas altas en 2016 a tan solo el 29% (679 médicos) en 2023. Se ha dado respuesta al crecimiento de la demanda de facultativos con profesionales de fuera de Cataluña. En cuanto a los extracomunitarios, en el mismo período han pasado de representar el 29% a ser más de la mitad de los nuevos colegiados. No hay tanta variación en los nuevos colegiados provenientes de otros puntos del estado español, que han pasado del 21% al 15% (351 médicos) -con un repunte del 21% en 2021 a consecuencia del Covid-, y aún menos entre los provenientes de facultades europeas, que se mantienen en el 3% (70 médicos). Este porcentaje es el mismo que el de 2016 y durante este tiempo han fluctuado entre el 2 y el 4%. «De unos hay más, pero de los otros no hay menos», insisten desde el COMB.

El colectivo que tiene más dificultades con la lengua
El Consell de Col·legis de Metges de Catalunya (CCMC) concluyó en un estudio presentado el año pasado que el factor del lugar de nacimiento está estrechamente relacionado con el nivel de dominio de la lengua. Así, el 98,6% de los facultativos nacidos en Cataluña dominan las habilidades activas (hablarlo y escribirlo) y el 94,5% las pasivas (entenderlo y leerlo), mientras que los nacidos en el resto del Estado español muestran un buen nivel de habilidades pasivas (88,8%) y la mitad (50,7%) también en las activas. Los nacidos en la Unión Europea también tienen buenas habilidades pasivas (70,9%), pero bastante menos de las activas (22,7%), pero los médicos nacidos en países extracomunitarios, que representan más de la mitad de los nuevos colegiados, son los que presentan niveles más bajos de habilidades en catalán: el 56,6% lo entienden y lo leen, pero solo el 9,8% lo hablan y lo escriben.
En términos generales, el estudio concluía que menos de la mitad de médicos que hay en Cataluña, el 47%, usan la lengua catalana de manera habitual para comunicarse con sus pacientes durante las asistencias médicas. Además, el uso del catalán aún decae más entre los facultativos más jóvenes, ya que el 63% de los menores de 30 años se dirigen a su paciente en castellano o mayoritariamente en castellano, y solo el 35% lo hace en catalán. Pero la cifra más alta de uso de castellano la encontramos en la franja de profesionales que tienen entre 30 a 40 años, con un 70% de uso preferente de lengua castellana. En cambio, el uso de la lengua catalana llega al 80% de los médicos que tienen más de 60 años, un grupo que está a las puertas de la jubilación.
Se prevé que este año se llegue al pico de jubilaciones
Esta demanda de nuevos médicos es para hacer frente a la avalancha de jubilaciones de médicos que ha habido estos últimos años. De hecho, la misma corporación ya advirtió en 2022 que el 20% de los médicos en activo se jubilarían en cinco años, pero, según las fuentes consultadas, desde 2010 hay una tendencia de jubilaciones al alza. «Había muchos médicos de la generación del baby-boom», subrayan. De hecho, el COMB prevé que se llegue al pico de jubilaciones este mismo 2025 y la proyección que hace el colegio, a partir de la edad de los colegiados que tienen y la edad media de jubilación (66 años), indica que 1.253 colegiados se jubilarán este año, mayoritariamente especialistas. Será el dato más alto previsto de los últimos tres años, ya que eran 1.045 médicos en 2024 y 941 en 2023.
Además, el colegio profesional detalla en el documento donde comparte estos datos que «el número de médicos especialistas que llegan a la edad de jubilación, sumado a las bajas por traslados, deja el diferencial entre entradas y salidas prácticamente a cero». Este 2025 se alcanzará el pico y los pronósticos son que a partir del año que viene la tendencia de jubilaciones vaya a la baja y se estabilice, pero, el otro problema que deberá afrontar la sanidad es si la demanda de médicos crecerá para hacer frente al envejecimiento de la población, que, según el Idescat, se ha disparado en los últimos veinte años.