A falta de menos de una semana para empezar el nuevo curso escolar de FP hay más de 31.000 alumnos -31.404, concretamente- que continúan en el limbo, sin un centro estipulado para cursar sus estudios. A pesar de que habían hecho la preinscripción cuando los correspondía, los cambios en el funcionamiento de asignación de plazas para el curso próximo que implementó la ex consejera de Educación Anna Simó para combatir la incertidumbre del inicio de curso han estado insuficientes. Se trata de un nuevo planteamiento que no ha permitido paliar una de las grandes carencias de la formación profesional, donde cada año miles de alumnos se quedan en el limbo a las puertas del nuevo curso, que arranca el 12 de septiembre. Este ha sido el primer escollo con el cual ha topado la nueva responsable de la cartera, Esther Niubó, y que se ha comprometido a paliar de cara el próximo curso: «Trabajaremos desde ahora mismo para planificar el proceso de adjudicación de plazas del curso próximo para evitar que se vuelva a producir que miles de alumnos estén sin plaza en septiembre», ha argumentado la nueva consejera esta semana, en la primera rueda de prensa del curso, que pretende ajustar los plazos para finalizar el proceso el mes de julio.
Se trata, pues, de un objetivo que se aviene a las reclamaciones de la comunidad educativa, que consideran que la «falta de planificación» es uno de los grandes problemas con que se encuentra la formación profesional: «Nos hacemos crees que cada año se repita la misma problemática», lamenta el portavoz de la Intersindical, Marc Martorell, en conversación con El Món. El director del Instituto Tecnológico de Barcelona (ITB), Alberto Vila, pero, avisa que «todavía es muy temprano para hacer una
Dificultades para garantizar las prácticas empresariales
Este año, pero, la formación profesional (FP) arranca con más novedades de las habituales, como por ejemplo la implementación de la nueva ley estatal de la FP -aprobada en 2022-, la cual, según palabras de la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, «tiene que generar un giro de 180 grados para la formación profesional». Una norma que, entre otros, obliga los estudiantes a hacer más horas de prácticas para obtener el título, cosa que, a pesar de que de entrada la comunidad educativa no ve con malos ojos, plantea nuevos retos: «No hay bastantes empresas que estén dispuestas a colaborar con los centros educativos para poder acoger todos los alumnos de FP», argumenta el coordinador nacional del FP de USTEC, Ramon Roy. Para el sindicalista, este incremento de horas de prácticas empresariales que tendrán que llevar a cabo los estudiantes es un «reto imposible de asumir». En este sentido, el director de ITB coincide con la idea que uno de los grandes problemas a los cuales tendrán que hacer frente durante este curso es «encontrar empresas» para poder hacer las prácticas, especialmente para los alumnos de grado medio, puesto que las empresas de este sector buscan perfiles de prácticas con «más experiencia» -es decir, alumnas de grado superior con una formación más elevada.
Por su parte, Martorell recuerda que desde el sindicato «ya avisaron», cuando la nueva ley todavía estaba en periodo de tramitación, que «el aumento de horas de prácticas sería insostenible»: «Se obliga alumnos que todavía no tienen la preparación necesaria a realizar unas prácticas para las cuales no están preparados, cosa que repercute en una sobrecarga del profesorado, entre otros», advierte el sindicalista. Una nueva imposición que «es todavía más difícil de encajar» en las zonas rurales de Cataluña, puesto que hay menos «empresas especializadas» en cada sector del FP. En esta línea, y coincidiendo con la opinión de la Intersindical, Lorena Martínez considera que es fundamental «incrementar el número de docentes en el FP» para rebajar la «carga burocrática» de los periodos de prácticas empresariales -uno de los aspectos que también articula la línea de trabajo de la nueva consejera: «Nos faltan manos. No puede ser que haya profesores que tienen que hacer tutorías de prácticas durante julio y el agosto porque no tienen más tiempo para hacerlo», remacha.

El reparto territorial del FP
El problema del reparto territorial en el FP no solo afecta la posibilidad de conseguir vínculos con empresas para realizar prácticas, sino que también tiene afectaciones en la tipología de ciclos que se pueden llevar a cabo. En este sentido, la psicopedagoga y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Sylvie Pérez considera que el mapa del entramado de formaciones profesionales está construido a partir de las «ofertas laborales» posteriores al ciclo y «no en función de la demanda del alumnado». Es decir, en otras palabras, que no se calcula el volumen de plazas que hay que ofrecer en cada ciclo formativo según el volumen de estudiantes que quieren cursar cada grado, sino a partir de las «demandas profesionales» del sector: «Es por este motivo que hay ciclos que quedan muy llenos desde el primer momento, hasta el punto que hay alumnos que no pueden acceder [sin desplazarse fuera de su comarca o, incluso, demarcación]», argumenta la psicopedagoga. Una idea con que también coinciden las diversas organizaciones sindicales consultadas: «El mapa actual del FP es incorrecto», espeta el coordinador nacional del sindicato mayoritario de educación.
Es por este motivo que la comunidad educativa considera que uno de los escollos a los cuales tendrá que hacer frente la nueva responsable de la cartera es «la conectividad» de los estudiantes con los centros educativos. Pérez lamenta que la administración catalana aplique los mismos criterios de adjudicación de plazas -en términos de movilidad- con los universitarios y los jóvenes que empiezan un ciclo medio: «No es el mismo la movilidad que tienen que tener los estudiantes de 16 años que empiecen el FP a los de 18 años que empiezan la universidad. Son dos años de diferencia solo, pero son relevantes», argumenta la profesora de la UOC, que también hace énfasis en el mal estado de los medios de transporte públicos de Cataluña, como el servicio de Rodalies. Una idea que también comparte la responsable de educación pública de UGT, que considera que la nueva consejera de Educación tendrá que hacer frente a esta problemática «que hace años que se arrastra».
Las diferentes voces de la comunidad educativa consultadas apuntan que las «carencias en el transporte» y la «conectividad» son unas de las principales casuísticas que propician «el abandono escolar prematuro»: «Si un joven no puede acceder a los estudios que quiere por cuestiones de logística, es probable que opte para escoger otro grado [similar, pero no el deseado] para continuar estudiando, o que desista y deje de estudiar», argumenta Sylvie Pérez. Se trata de una reclamación que la misma consejera también se ha marcado como una de las «prioridades» a las cuales hará frente durante la legislatura.

Los primeros pasos de la nueva consejería
Además del «follón» de las adjudicaciones de plazas por este curso, Niubó asume el cargo también con el reto de afrontar las novedades de la nueva ley de FP. Más allá del aumento de horas de prácticas que tiene que realizar el alumnado, la nueva normativa también incorpora la creación de dos nuevos módulos transversales: sostenibilidad y digitalización. Los sindicatos de docentes, pero, alertan que no se han acompañado estos nuevos módulos con «profesorado especialista», cosa que «rompe con la especialización» característica de la formación profesional: «Hace falta más personal y más formación en estos nuevos ámbitos», apunta el portavoz de la Intersindical. Las organizaciones sindicales también apuntan que la «carencia de profesorado» no se limita a estos módulos, sino que se extiende por todo el entramado de la FP. «Hay que mejorar las condiciones laborales y salariales del personal educativo, porque muchos docentes prefieren dedicarse en su campo desde la actividad empresarial [con mejores horarios y sueldos más elevados], cosa que vacía las aulas de profesorado», apunta Lorena Martínez. De hecho, de USTEC aseguran que la consejería -con quien se han reunido por primera vez esta semana- «es consciente» de esta problemática, pero todavía no han encontrado la manera de hacerle frente.
Los primeros pasos que ha llevado a cabo la nueva consejera desde que ha recibido el testigo del cargo son crear una secretaría general para la formación profesional -una medida que los sindicatos ven con buenos ojos, puesto que hace años que lo reclamaban- e incorporar este sector dentro de la nomenclatura del departamento, reproduciendo el mismo nombre que lleva el ministerio de Educación. La comunidad educativa voz, de entrada, con buenos ojos esta predisposición de cambio y las líneas que se ha marcado la consejería, pero consideran que hace falta «un trabajo transversal y en red» con todos los agentes del sector. «Lo que hace falta es eficiencia», reclama la responsable de la educación pública de UGT.