La acción de gobierno del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha eliminado las certezas de buena parte de la sociedad norteamericana. Desde empresas a consumidores, la confianza en la administración ha caído en picado desde el 20 de enero, cuando el magnate volvió al Despacho Oval oficialmente. Cataluña, según ha explicado el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, este mismo miércoles, quiere sacar provecho: un programa del Gobierno captará a 78 investigadores «de alto nivel» afectados por el mal ambiente político y social generado por la Casa Blanca. Según ha avanzado Illa, los expertos llegarán al Principado huyendo de «la actual situación de inestabilidad política, recortes presupuestarios y restricciones en la investigación, la educación superior y la libertad científica» en los EE.UU.
El programa, bajo el título Catalunya Talent Bridge, cuenta con una dotación cercana a los 30 millones de euros, y busca «tender puentes» con científicos amenazados por diversas legislaciones de la administración Trump. Entre otras cuestiones, la Casa Blanca ha impuesto recortes sustanciales a las concesiones a los centros de investigación y universidades del país, y ha entrado en una guerra abierta con varias de ellas, con Harvard a la cabeza. «Poco podíamos imaginar hace unos meses que las cosas estarían como están en los Estados Unidos», ha declarado Illa; quien ha reivindicado la iniciativa como un movimiento «proacademia, prociencia y a favor del conocimiento y la prosperidad».
Por su parte, la consejera de Investigación y Universidades, Núria Montserrat, ha reivindicado el Catalunya Talent Bridge como «un gesto de solidaridad hacia la comunidad científica afectada» por las políticas trumpistas. También, sin embargo, lo considera «una apuesta decidida por reforzar el sistema catalán de investigación e innovación». El programa, ha recordado, no solo busca movilizar investigadores norteamericanos hacia el tejido creativo catalán, sino también recuperar expertos del país que hayan marchado a los EE.UU.

Amenazas políticas
Más allá de los recortes impuestos al Departamento de Educación -cabe recordar que la posición oficial de la administración es que esta rama del gobierno federal debería desaparecer- Trump ha intensificado sus ataques contra profesores universitarios por sus opiniones políticas. Este mismo miércoles, las autoridades de inmigración del país han detenido a un investigador de la universidad de Georgetown. La víctima, Badar Khan Suri, de procedencia india, habría expresado mensajes propalestinos en sus redes sociales. A raíz de estas publicaciones, las autoridades trumpistas estarían intentando revocar su visado de estudio por «infundir propaganda a favor de Hamás y promover el antisemitismo».
Antes, el pasado mes de marzo, un investigador francés invitado a una conferencia en Houston fue expulsado del país por haber expresado en privado, en aplicaciones de mensajería, opiniones contrarias a las políticas educativas de la Casa Blanca. El profesor fue acusado de haber enviado «mensajes de odio y conspiradores» antes de ser deportado. En este ambiente políticamente hostil contra la academia, la Generalitat busca añadir nuevos perfiles a su sistema de conocimiento.