El Consejo General de la Unión Europea, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo han dado un paso de gigante en las negociaciones para regular la inteligencia artificial. Los equipos negociadores han cerrado un primer acuerdo para regular sistemas fundacionales o generativos de inteligencia artificial, como ChatGPT, que era una de las cuestiones que estaban encalladas. El otro gran punto de fricción son los límites de la vigilancia biométrica y, en concreto, las excepciones a la normativa que permite usar estos sistemas en tiempo real en los espacios públicos.

Los negociadores del Consejo y del Parlamento Europeo han estado reunidos durante 18 horas para concretar la letra pequeña de la regulación de los sistemas como ChatGPT. Hace dos meses parecía que se había llegado a un consenso general para aplicar unos criterios estrictos a este tipo de modelos fundacionales, pero algunos países como Francia o Alemania se echaron atrás y pretendían dejar la fijación de los límites en manos de las grandes empresas. De momento solo ha transcendido que han llegado a un principio de acuerdo, pero no se han dado más detalles. La sociedad civil ha alertado las autoridades comunitarias que es demasiado arriesgado dejar la regulación en manos de las corporaciones.

Plan general del Parlamento Europeo durante un pleno / ACN

Los límites de la vigilancia policial con IA

Los estados quieren que la policía pueda utilizar sistemas de vigilancia biométrica en tiempo real para perseguir ciertos delitos, como los abusos sexuales o la prevención de atentados terroristas, pero siempre con autorización judicial. En cambio, el Parlamento Europeo se opone porque considera que es una vulneración flagrante de los derechos fundamentales. Organizaciones de la sociedad civil europea también han puesto el grito en el cielo y auguran que, si se ponen sistemas de vigilancia a través de inteligencia artificial en manos de la policía, acabarán dirigiéndose contra comunidades marginadas y existe el riesgo de que se usen para llevar a cabo una vigilancia masiva de la población.

El Parlamento Europeo ha dado instrucciones muy claras a sus negociadores para que busquen la manera de prohibir o restringir en el máximo los “usos intrusivos y discriminatorios de la inteligencia artificial” como por ejemplo la vigilancia de personas en tiempo real y en espacios públicos a través de sus datos biométricos. Los gobiernos quieren más excepciones y los eurodiputados no están dispuestos a ceder. El Parlamento Europeo confía en llegar a un acuerdo siempre que se prohíba la policía predictiva, estilo Minority Report, la vigilancia biométrica en espacios públicos y los sistemas de reconocimiento de emociones al trabajo y en las escuelas y universidades.

Regular la IA, una apuesta de España y Pedro Sánchez

La legislación europea sobre inteligencia artificial es una de las grandes apuestas de la presidencia española de la UE, que acaba a finales de año. Las negociaciones entre el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE empezaron en junio y en septiembre llegaron a un principio de acuerdo sobre qué prácticas se consideran de alto riesgo y había que prohibir. Desde entonces, los equipos negociadores intentan cerrar otro acuerdo sobre la regulación de los huevos sistemas de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, que se habría desencallado esta madrugada, y el uso de la vigilancia biométrica en tiempo real, que queda pendiente. Con todo, todavía quedan otros flecos para cerrar y se calcula que la mitad de los asuntos que regula la ley están pendientes de acordar de manera definitiva.

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