El esfuerzo interpretativo de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía en la causa Volhov empieza a tomar un cariz de delirio. Solo así se explica uno de los informes, con el sello de «confidencial», que han remitido al titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, para intentar hacer pasar gato por liebre para hacer ver que el abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, es, junto con Josep Lluís Alay, «autor intelectual» de la trama rusa del Procés y de las supuestas conexiones con Moscú para lograr la república catalana. Un informe que muestra la persecución jurídico-política del abogado a menos de una semana de que comience su juicio en la Audiencia Nacional por blanqueo de dinero por otro asunto, la macrocausa de Sito Miñanco, que también muestra muchas debilidades en la instrucción.
El atestado, de 23 páginas y al cual ha tenido acceso El Món, es uno de los que integra el sumario y que los dos inspectores en jefe y subinspectores, han llevado a cabo sobre cada uno de los investigados. Como ejemplo, el informe que implicaba al periodista Carles Porta, como responsable de imprimir los pasaportes de una Cataluña independiente. En este atestado, los policías involucran a Boye como supuesto arquitecto del apoyo ruso a la causa catalana por cuatro conversaciones con Alay, en las que hablan frívolamente y con ironía sobre geopolítica, y un tuit del grupo de Junts en el Parlamento Europeo, donde comentan una manifestación frente a la cámara europea que, precisamente, iría contra los intereses rusos, pero que los policías entienden que lo hacen para «despistar» a raíz de una conversación jocosa entre Alay y Boye.

Ni un ruso en todo el informe policial contra el abogado de Puigdemont
En conjunto, en ninguna de las 23 páginas hay conversación con ningún ciudadano ruso ni ninguna entidad rusa por parte de Boye. De hecho, la única conversación con un ruso en toda la investigación es con Alexander Dimitrenko, un supuesto empresario a quien se le negó la nacionalidad cuando se supo que tenía contactos con independentistas y que aseguró ante el juez que no es independentista. Así como una conversación de Alay con el periodista y diplomático ruso Evgyne Primakov que trabajaba con una televisión que entrevistó a Puigdemont. La conversación se limita a enviarle felicitaciones cuando fue ascendido al ministerio de Exteriores. Su respuesta es un simple «gracias».
A pesar de que los policías revisan todos los aparatos de teléfonos de Alay y Boye no pueden encontrar más conversaciones. Una situación que obliga a los analistas policiales a hacer un doble salto mortal, interpretando que «si no hay mensajes» es que «los han borrado». De hecho, intuyen que «como mínimo» Boye estuvo articulando la trama rusa en el año 2020, pero que quizás hacía más tiempo, hecho que consideran que no pueden demostrar porque han borrado los supuestos mensajes. El nivel prospectivo del informe se constata en el hecho de que subrayan que, además de ser el abogado de Puigdemont, también ha defendido a Josep Miquel Arenas, Valtònyc, o que ha formado parte del equipo defensor de Edward Snowden.
Según los policías, «el indicador» de que Boye formaba parte de un entramado para conseguir el apoyo ruso se «fundamenta en numerosas conversaciones, en las que se ve la intencionalidad de búsqueda continua y reiterada de contactos rusos, manteniendo conversaciones en paralelo entre todos, dejando entrever la interrelación entre ellos y el conocimiento que tienen de la ilicitud de sus conductas». En este «todos», solo se cuentan Alay, Boye, Puigdemont y, en una de las conversaciones, Dmitrenko, donde precisamente comentan el ascenso del diplomático. El resto de las tres conversaciones sirven para consolidar que Boye y Alay dicen lo mismo en su Twitter que en sus conversaciones y se entretienen enviándose tuits con noticias de todo el mundo.

El tuit de cargo: cantan ‘L’estaca’ con opositores al Kremlin «para despistar»
Conscientes de la nula consistencia de las pruebas aportadas –el informe contiene básicamente la definición y la jurisprudencia de los delitos de traición como «peligro abstracto» y organización criminal–, los policías dan un paso más allá. Así, añaden como prueba de cargo un tuit de Junts y Lliures per Europa, es decir, el nombre con que se agrupaban Puigdemont y los exconsejeros Toni Comín y Clara Ponsatí como eurodiputados.
El tuit en cuestión mostraba una recepción en formato de manifestación de pequeño formato por la llegada al Parlamento Europeo de Svetlana Tsikhanouskaya, la opositora al eterno presidente de Bielorrusia, Alexander Lukaixenko. De hecho, Tsikhanouskaya fue candidata por el arresto de su pareja, Serguéi Tijanovski, un activista democrático del país. En este sentido, Tsikhanouskaya aglutinó casi toda la oposición y lideró las manifestaciones más importantes en Bielorrusia en defensa de la democracia y del estado de derecho.
«Hoy hemos tenido el honor de acompañar a los bielorrusos de Bruselas en la llegada de Svetlana Tsikhanouskaya al Parlamento Europeo. Hemos vuelto a cantar L’estaca, de nuestro compañero Lluís Llach, contra la dictadura y represión de Lukashenka. El himno de los pueblos que buscan su libertad», decía el tuit que aún está activo en la red X. El hecho de que Alay y Boye se envíen este tuit es considerado sospechoso de traición por la policía porque mostraría que «Puigdemont dejaba entrever una postura amistosa por la libertad de Bielorrusia al acudir a una manifestación celebrada frente al Parlamento Europeo». En este sentido, la policía considera que esto va contra los mismos intereses de la trama rusa, porque la opositora bielorrusa es adversaria de los rusos, y Boye y Alay comentan en broma que este gesto de Puigdemont es solo para «despistar». De aquí, los policías concluyen que Alay y Boye «maquinan» para conseguir el apoyo del Kremlin.
Avui hem tingut l’honor d’acompanyar als bielorussos de Brussel·les en l’arribada de Svetlana Tsikhanouskaya al PE. Hem tornat a cantar l’estaca del nostre company @lluis_llach contra la dictadura i repressió de Lukashenka. L’himne dels pobles que cerquen la seva llibertat. pic.twitter.com/up4R1Qn6Ad
— Junts i Lliures per Europa (@JuntsEU) September 21, 2020