El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha echado balones fuera sobre la concesión de un posible indulto a Laura Borràs. Condenada a cuatro años y medio de prisión, Borràs podría ver reducida la condena a solo dos años —y evitar la prisión— si prospera el proceso de indulto que ha puesto en marcha el mismo Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Sánchez, que está de viaje oficial en China, ha evitado posicionarse, pero sí que ha enviado un mensaje muy contundente sobre la condena a Borràs: “Es importante recordar que estamos hablando de un caso flagrante de prevaricación y de mal uso de recursos públicos”.
De este modo, Sánchez ha dejado muy claro que el caso de Borràs no es cómo el de los presos políticos y ha vinculado su pena a los delitos de corrupción, una señal que algunos han interpretado como una posible negativa a conceder los indultos. Sin embargo, cuando se le ha preguntado, Sánchez ha echado balones fuera. “No es porque no tenga posición, simplemente porque creo que tengo que ser respetuoso con el procedimiento que tiene marcado nuestro estado de derecho”, ha dicho. La sentencia a Borràs no es firme y todavía tiene que pasar por el Supremo antes de que pueda tratarse al Consejo de Ministros. La mayoría de analistas consideran que esto será la próxima legislatura.

Sánchez ha hecho las declaraciones desde la embajada española en Pekín después de haberse entrevistado con el presidente chino, Xi Jinping. “Entiendo que [la sentencia] se tendrá que elevar al Tribunal Supremo y después se tendrán que pronunciar las diferentes instancias judiciales y finalmente tendrá que ser objeto de discusión en el Consejo de Ministros”. A Borràs le han caído cuatro años y medio por los delitos de falsedad documental y prevaricación cometidos entre el 2013 y el 2017 mientras estaba al frente de la Institución de las Letras Catalanas”.