Jornada de declaraciones en el Tribunal Supremo en el marco del caso Koldo, que ha llevado al exnúmero tres del PSOE, Santos Cerdán a prisión. Esta mañana han declarado tres investigados relacionados con dos empresas adjudicatarias, a quienes también se les ordenó una entrada y registro en sus domicilios. Los tres han negado el pago de comisiones, pero han reconocido reuniones y encuentros con el exministro José Luis Ábalos. Sin embargo, fuentes jurídicas apuntan que ni el juez ni el fiscal les han preguntado por Santos Cerdán «ni siquiera si lo conocían o se habían encontrado con él». Una situación bastante extraña que ni el ministerio público ni el instructor hayan preguntado a los empresarios por el objeto de imputación de Cerdán. «Nada de nada», indican las mismas fuentes.

Los que han comparecido ante el magistrado instructor, Leopoldo Puente, han sido José Ruz, vinculado a Levantina Ingeniería y Construcción (LIC), y los hermanos Antonio y Daniel Fernández Menéndez, de Obras Públicas y Regadíos (OPR). De hecho, Ruz era bastante esperado porque, según apuntaba el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), en marzo de 2022 pidió a Koldo García poder hablar con «el Navarro», el apodo hoy reconocido para Santos Cerdán porque tenían «heridos inocentes» y «gente fuera del baile». «No es conveniente para la ganadería», advirtió. Una frase que se ha aclarado esta mañana al admitir que ganadería era el apodo de PSOE. Según fuentes judiciales, nadie ha preguntado a Ruz si llegó a reunirse con Cerdán. El interrogatorio se ha centrado en los whatsapps que aparecen en el atestado entre ellos y Koldo García. Esta omisión incluso en el interrogatorio es sorprendente porque no han sido interrogados sobre el motivo central que dicen que lleva a Santos Cerdán a prisión. El juez ha decretado comparecencias cada quince días de los tres empresarios investigados.

El polémico whatsapp que el juez ha querido aclarar/QS
El polémico whatsapp que el juez ha querido aclarar/QS

«Un elemento común»

En las resoluciones del juez instructor se desprende que Ruz es «un elemento común a los principales investigados», es decir, Ábalos, Koldo y el presunto facilitador de la trama, el empresario Víctor de Aldama-. De hecho, se da por bueno que habría mantenido reuniones con todos ellos y daba explicaciones de los encuentros a Koldo. Cabe recordar que Ruz ya declaró el pasado febrero en el Supremo por sus vínculos con Víctor de Aldama. Entonces, negó cualquier implicación en irregularidades, pero admitió que recurrió a él para cobrar una deuda.

En todo caso, las mismas fuentes aseguran que ha negado que Koldo estuviera en nómina de su empresa, LIC. En este marco, ha puntualizado que fue contratado por la empresa de Juan Carlos Etero, que se dedicaba a la vigilancia y que tenía subcontratado este servicio para LIC. Koldo habría trabajado de vigilante nocturno para LIC a cuenta de la empresa de Etero. La tesis de la Guardia Civil es que esta contratación era un fraude de ley, con el entendido de que recibía «pagos de 2.600 euros mensuales netos entre diciembre de 2022 y junio de 2023» que recibía de Etero pero que previamente había recibido de LIC. Es decir, una simulación de relación laboral directa. Ruz también habría asegurado ante el magistrado que el exasesor ministerial le entregó un teléfono seguro para que ambos hablaran. La palabra clave para iniciar las comunicaciones, según ha destacado, era la palabra «café».

La exesposa de Koldo, capítulo separado

Las declaraciones de esta mañana, también han servido para que Daniel Fernández Menéndez, diera detalles de la contratación de la ahora exesposa de Koldo, Patricia Uriz, por parte de la empresa Áridos Anfersa. Patricia, siguiendo el relato de la Guardia Civil, habría recibido pagos de 1.300 euros mensuales netos entre el 2 de septiembre de 2022 y al menos el 2 de junio de 2023, de OPR alrededor de Koldo, mediante la contratación de su esposa (…) por parte de la empresa Áridos Anfersa». Fernández habría reconocido la petición de trabajo de Koldo para su esposa y que intermedió para encontrarle un puesto de trabajo, sin eso sí, saber si finalmente lo consiguió.

Comparte

Icona de pantalla completa