El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) ha soportado diferentes embestidas de los cargos políticos del gobierno de Aragón. Pero se ha sobrepasado un límite que ha hecho reaccionar a la institución que ha preservado, guardado, protegido y valorado las pinturas murales de Sixena. En concreto, las palabras del director general de Cultura aragonés, Pedro Olloqui, que en rueda de prensa este jueves ha asegurado que los técnicos de Aragón que inspeccionaron las pinturas detectaron «humedades». Un argumento que para Aragón, «aumenta la urgencia del traslado».

La institución catalana ha saltado como un resorte y ha emitido un contundente comunicado tildando de «falsas» las acusaciones. De hecho, en un breve comunicado ha dejado en evidencia el conocimiento técnico de los aragoneses recordando las «vicisitudes» del conjunto pictórico a lo largo del tiempo. «Son la evidencia de su alto grado de degradación y de su extrema fragilidad, lo que desaconseja absolutamente su movimiento», remarca el MNAC en el comunicado.

Los técnicos de Aragón, con Natàlia al frente, al salir del MNAC/Quico Sallés
Los técnicos de Aragón, con Natàlia al frente, al salir del MNAC/Quico Sallés

«Falta de rigor»

El comunicado emitido por el MNAC subraya y sentencia que «no existen humedades de ningún tipo en la sala 16 que acoge las pinturas de Sixena, un espacio aislado con unas condiciones estables certificadas». «Las manchas y las numerosas alteraciones que tienen estas pinturas, como las grietas, ampollas, levantamientos, descohesión entre capas, etc., forman parte del conjunto de los daños y vicisitudes que estas pinturas han sufrido a lo largo del tiempo, y son la evidencia de su alto grado de degradación y de su extrema fragilidad, lo que desaconseja absolutamente su movimiento», añaden.

Por otra parte, el MNAC recuerda los «informes independientes» que han presentado al juzgado, como el del Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de Bienes Culturales (ICCROM), «máximo organismo internacional» en preservación de bienes culturales, «certifican que el entorno y las condiciones actuales de las pinturas garantizan su estabilidad». El MNAC no se anda con rodeos y lamenta «la falta de rigor a la hora de emitir informaciones sobre las pinturas».

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