Día muy especial en el Congreso a raíz de una nueva sesión de la Comisión de Investigación de los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. La expectación en la sala Prim de la cámara baja era máxima y con medidas de seguridad excepcionales. El motivo ha sido la comparecencia de Mohamed Houli, el único superviviente de la explosión de la casa de Alcanar, donde la célula preparaba los explosivos, y que está condenado a 43 años de prisión que cumple en una cárcel de Córdoba. Houli, sin embargo, ha lanzado un mensaje que ha sorprendido a la concurrencia, menos al PP que ha abandonado la comisión, enfadado por la declaración presencial.

Houli ha querido declarar y ha necesitado pocos segundos. «El CNI tenía conocimiento de las intenciones del imán y permitió que viniera y nos comiera la cabeza», ha sentenciado. «Lo digo ahora por miedo a las represalias que me pudieran perjudicar, pero estoy condenado y no tengo nada que perder», ha añadido. A preguntas del primer diputado que ha intervenido, Jon Iñarritu, de EH Bildu, le ha pedido pruebas de las acusaciones y solo ha podido decir que el imán Abdelbaky Es Satty, cerebro de la célula yihadista, «los echaba porque decía que tenía que reunirse con agentes del CNI». Iñarritu lo ha presionado y ha demostrado los vacíos de su declaración y le ha reprochado que haya ido al Congreso a «dejar una perla».

Nada del proceso de radicalización

El yihadista ha insistido en que «no elude su responsabilidad en los hechos» pero ha incidido en esta relación con el CNI. En un principio debía comparecer telemáticamente, ha sido llamado por parte de los grupos con el fin de aclarar algunas de sus declaraciones contradictorias, la posibilidad de la existencia de un cuarto hombre en la casa, las dudas sobre si aún permanecía el imán de Ripoll, cerebro de la célula en la casa de la urbanización Montecarlo y para intentar conseguir detalles de cómo fue y en qué consistió su proceso de radicalización. Pero no ha aportado ninguna novedad sobre estas cuestiones.

De hecho, no ha querido hablar de nada sobre la preparación de los atentados, a pesar de las preguntas orientadas hacia este objetivo. Solo la acusación de que el imán estaba bajo el radar del CNI. Una acusación que ha sustentado con las conversaciones que había mantenido con Mohamed Hichamy. Así mismo, incluso, ha dejado entrever que «quizás el imán nos la jugó». También ha referenciado las visitas que ha recibido de la policía en la prisión.

El hecho de que esta declaración haya sido ya la sexta con una versión diferente, que a preguntas de ERC, haya transformado la información de que el CNI «tenía conocimiento» de las intenciones del imán en una conjetura y las respuestas a Pilar Calvo de Junts, que quería aclarar el camino de la radicalización, ha restado credibilidad a su comparecencia, en la que también ha utilizado el catalán. Joan Badia, de los Comuns, visiblemente molesto, ha criticado que haya pretendido hacerse pasar por «víctima», la misma crítica que le han hecho Vox y el PSOE. De hecho, el diputado David Serrada le ha puesto el dedo en la llaga cuando le ha hecho saber que curiosamente no recordaba nada de lo que hay en el sumario y sí, en cambio, de conversaciones hasta hoy desconocidas. De hecho, Houli ha callado sobre lo que sabía y ha hablado de lo que ni él mismo puede acreditar.

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