El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) tiene nueva presidenta. Su nombre es Mercè Caso, una magistrada que reemplaza a un duro contra el independentismo como el magistrado Jesús Maria Barrientos, quien permanecerá como magistrado de Sala. Este mediodía ha tomado posesión del cargo en un ambiente de ceremonia al estilo del «reencuentro». Brevemente, con todas las autoridades socialistas catalanas disponibles para la ocasión.

De hecho, el relevo no se celebraba desde hace nueve años, pero en los pasillos perdidos del imponente Palacio de Justicia se respiraba un aire de «pacificación» o de «normalización», incluso, con el director general de la policía, Josep Lluís Trapero, quien no se ha perdido la ceremonia, a pesar de que durante bastante tiempo fue uno de los temidos por el poder judicial en Cataluña, especialmente, con Barrientos. Caso no ha dejado de dar las gracias a todos los políticos asistentes, en un discurso casi todo en catalán. «Quiero dar las gracias también muy especialmente a todas las autoridades que habéis venido, desde el presidente de la Generalitat, hasta el ministro y a los diferentes cuerpos profesionales, porque hoy es necesario, más que nunca, que trabajemos juntos en la defensa del Estado de derecho», ha exclamado.

Mercè Caso, Isabel Perelló y Jesús Maria Barrientos, en el acto de este mediodía/PoolCGPJ
Mercè Caso, Isabel Perelló y Jesús Maria Barrientos, en el acto de este mediodía/PoolCGPJ

Un presidente y dos consejeros

Así, entre los asistentes en primera fila, han dado la bienvenida a la nueva presidenta el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, el delegado del gobierno español en Cataluña, Carlos Prieto; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, así como los consejeros de Justicia y Calidad Democrática, Ramon Espadaler la consejera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon. Un símbolo palpable de la normalización institucional que pregona el ejecutivo de Illa.

Todo el PSC se ha volcado, pero no se han quedado solos. También ha asistido el ministro de Justicia, Félix Bolaños, la presidenta del Consejo General del Poder Judicial, Isabel Perelló, el fiscal jefe en Cataluña, Francisco Bañeras, y su mano derecha, Pedro Ariche; el jefe de la oficina Antifraude, el también magistrado, Miquel Ángel Gimeno, la veterana magistrada Montserrat Comas, que ha sido madrina de Caso, o varios vocales del CGPJ como la catalana Argèlia Queralt.

La imagen que se ha vivido en el Palacio de Justicia hacía años que no se veía. De hecho, los últimos actos protocolarios donde la justicia era la anfitriona, la tensión se respiraba. Solo se recuperaron ciertas relaciones con Gemma Ubasart como consejera de Justicia del Gobierno de Pere Aragonès. En cualquier caso, este mediodía se ha dejado ver lo que parece la apertura de una nueva etapa política en el TSJC. Incluso, el discurso de Mercè Caso no ha entrado en el terreno político más allá de la defensa del Estado de derecho, a diferencia de su antecesor, Jesús Maria Barrientos. De hecho, ha preferido enfatizar la defensa del catalán en los tribunales, el papel de la mujer en la magistratura y el respeto a la crítica.

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