«Es una nueva etapa». Este es el mantra de la flamante consejera de Interior, Nuria Parlon, repetido durante el anuncio del nombramiento del mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, como nuevo director general de la Policía y del comisario Miquel Esquius como comisario en jefe del cuerpo. La definición de Parlon, pero, no acaba de convencer un buen puñado de mandos, sobre todo promoción más reciente y más jóvenes, ni muchos veteranos del departamento de Interior.
Fuentes de los mandos de nueva hornada y del departamento detallan en conversación con El Món que los nombramientos «tienen muy poco de nueva etapa». De hecho, muchos de los mandos

Todo el poder acumulado en manos del mayor
«Tendremos al director general haciendo de comisario jefe, y a la subjefa del cuerpo, Alícia Moriana, haciendo de comisaria jefe», remarcan. «Este siempre ha sido el objetivo», subrayan esbozando los planes que Trapero ha preparado durante su etapa al frente de la DAS, la División de Avalució de Servicios. De hecho, Moriana es del sector duro de los Mossos, como ha demostrado durante su etapa en la región central, donde aplicó una línea de seguridad alejada del «proyecto Manresa» para luchar contra la percepción de seguridad en la capital del Bages, con actuaciones polémicas como por ejemplo desplegar la Brigada Móvil en el paseo de la capital del Bages para controlar los grupos de jóvenes que supuestamente enturbiaban la paz social en el centro de la ciudad o enviar los Mossos a detener jóvenes sospechosos de estar implicados en delitos dentro de los institutos.
«La designación de comisario jefe, por lo tanto, era irrelevante siempre que cumpliera con una condición:
El comisario Esquius no quiere problemas
El nombramiento de Esquius como comisario jefe y la insistencia de calificar la decisión como «restitución» también provoca recelos. El comisario de Súria comandó el cuerpo entre 10 de julio del 2018 y el 3 de junio del 2019, con Miquel Buch de consejero de Interior. Esquius cogió la Prefectura después de la aplicación del artículo 155, una vez cerrada la etapa de excepcionalidad, en que el comisario Ferran López, como jefe de aquella fase, hizo todo lo posible para hacer de tapón, mantener la integridad del cuerpo y evitar que la represión hiciera una matanza dentro del organigrama. Después de López, Esquius cogió el cargo «por responsabilidad y por sentido del deber» y su etapa fue conocida por su entusiasta dedicación a recuperar la confianza de las instituciones españolas como la judicatura, el ministerio fiscal, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.
De hecho, fue uno de los primeros mandos que permitió la entrada en los centros de mando especiales –los que se montan para situaciones complicadas– de cargos de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, así como del ministerio fiscal. Una decisión que enturbió las relaciones con la cúpula del Departamento de Interior porque hacía más caso de las advertencias del fiscal en jefe de la Fiscalía en Cataluña, Francesc Bañeras, que no a la autoridad gubernativa qué tenía que decidir como actuar en una manifestación o protesta, como las de la huelga general del 21-D del 2018. Esquivos fue el comisario que investigó y envió mozos a instruir el caso de desobediencia contra el presidente Quim Torra. Al ser destituido remitió una carta a todos los integrantes del cuerpo en que afirmaba que había tomado las decisiones “pensante a recuperar la normalidad institucional, con todos los estamentos, cuerpos y actores sociales, desde la neutralidad política y con la voluntad final de servicio a toda la ciudadanía”.
Ahora, miembros de los mandos del cuerpo, creen que Esquivos dejará hacer a Trapero. Es decir, que ostentará el cargo de manera institucional, pero quien llevará el día a día de la Prefectura será la comisaria Moriana. «En cierto modo, es una prejubilación», coinciden a criticar algunas de las fuentes consultadas. «Trapero tendrá manga ancha, con Moriana de persona de confianza y conocedor que Esquius no le pondrá ningún problema ni traba en ninguna de sus decisiones, planes o estrategias», concluyen con cierta resignación. Esquivos cuando plegó de jefe del cuerpo marchó en la Región Policial del Pirineo, una zona tranquila, a pesar de que muchos consideraron entonces que era un destino de «castigo».

«Parece ‘Regreso al futuro'», opinan algunos mandos
Algunos mandos se cogen la referencia en la «nueva etapa» con cierto humor y lo comparan con la película