Este jueves por la mañana los votos de Junts y ERC han permitido a los socialistas revalidar la presidencia del Congreso. EL PSOE ha extendido la mano a los partidos independentistas con algunas «concesiones», como por ejemplo el uso del catalán y del resto de lenguas oficiales en el Congreso “con plena normalidad” y la reactivación de la comisión de investigación sobre las cloacas del estado y el caso Pegasus, cosa que ha convertido a Francina Armengol en la nueva presidenta de la mesa de la cámara baja. En este sentido, desde el PP, después de ver como no podían conseguir la presidencia que buscaban, exigen al presidente español en funciones, Pedro Sánchez, que aclare «hasta qué punto» llegaran las «cesiones» a los partidos independentistas.
«Habrá amnistía, referéndum o autodeterminación?», pregunta la portavoz de los populares, Cuca Gamarra, lamentando el peso que han adoptado las formaciones independentistas a raíz de las pasadas elecciones del 23 de julio: «El independentismo tiene en sus manos el futuro de nuestro país porque Pedro Sánchez está dispuesto», critica Gamarra. Este mismo miércoles, luego que ha tomado el poder, Armengol ha autorizado a hablar catalán, gallego y vasco en el Congreso, una de las demandas de los independentistas para dar el apoyo a los socialistas. Se trata de una decisión que Gamarra no ve con buenos ojos y asegura que es una cuestión que la Mesa «tendrá que analizar»: «Llevará a cabo algún cambio?», pregunta asegurando que la cámara baja «siempre» ha permitido el uso de las «lenguas cooficiales».

Reacciones en cadena
Después de la constitución de la Mesa, las reacciones al pacto independentista han empezado a aparecer en cadena. La portavoz de Ciudadanos en el Parlamento, Anna Grau, ha criticado este jueves las peticiones de algunos partidos de cara a las negociaciones para conseguir la Mesa. En unas declaraciones que ha hecho por los medios de comunicación, Grau asegura que hay grupos políticos que han hecho peticiones «sin ánimo de mejorar la convivencia» sino con ánimo de «marcar paquete», refiriéndose al independentismo. Quien tampoco se ha querido perder la fiesta ha sido el líder del partido ultra, Santiago Abascal, que considera que este pacto marca un precedente para una posible investidura de Sánchez: “Estamos mucho más cerca de la investidura de un gobierno de destrucción nacional”, afirma en declaraciones a medios. De hecho, en este sentido, Abascal cree que si Sánchez revalida la presidencia con el apoyo de ERC y Junts “será un golpe de estado perpetrado desde la Moncloa”.