Las campañas electorales son más previsibles que el peaje de una autopista. Pero todavía lo son más cuando son campañas internas para elegir la dirección de un partido. En el manual de este tipo de campañas siempre hay un acto con una nutrida representación de las principales centrales sindicales. La larga, y preparadíssima campaña d‘Oriol Junqueras, como jefe de filas de Militancia Decidim para volver a dirigir ERC, no ha fallado y esta tarde ha celebrado un encuentro con representantes de UGT, CCOO y la Intersindical ante unas cincuenta personas.
De hecho, ha sido una de las obsesiones de Junqueras durante su etapa «de ampliación de la base» incorporar miembros de diferentes sindicatos para fortalecer el que se ha convenido a bautizar como el alma social del partido. En sintonía, con el mantra de conjuntar la liberación nacional con la liberación social. Junqueras ha protagonizado un coloquio donde ha defendido que ERC ha «de aspirar a ser el verdadero partido del trabajo, de la gente que trabaja». Todo escoltado por Toni Mora de Comisiones, la ugetista Laura Pelai y Pau Cruz de la Intersindical.

«Pactos con otros independentistas»
Este objetivo, para Junqueras, es una característica que «nos liga con una tradición muy larga de nuestro país» como un partido de izquierdas que busca la «centralidad en el mundo del trabajo y la clase trabajadora». Una lucha a la cual hay que añadir por los sueldos dignos, la vivienda y las políticas de igualdad. «Tenemos que reconectar con el mundo del trabajo en su sentido más amplio», ha remarcado.
Cuando le han preguntado sobre qué diferencia en políticas sociales con las otras candidaturas, Junqueras ha hecho de vaticanista y ha hablado en general sin querer, expresamente entrar en detalles. «Nosotros queremos ser los más útiles posibles, y esta utilidad tiene la voluntad de intentar grandes alianzas y compromisos con gente diferentes dentro y fuera la organización, con otros partidos políticos, partidos que vuelan la independencia y partidos que vuelen mejorar las condiciones de vida con plenitud y de manera indefinida», ha explicado. Abriendo el abanico a pactos futuros con el independentismo, pero también con partidos de izquierdas.
Un discurso similar, pero más histórico, es el que ha utilizado para opinar sobre la inmigración y el sentimiento de pertenencia en una comunidad. «Es imposible separar el sentimiento de pertenencia de las oportunidades que le da la sociedad de acogida», ha sentenciado. También ha relacionado el sentimiento de pertenencia con el uso de la lengua y con qué lengua son acogidos, y aquí es dónde ha puesto deberes al catalanismo para hacer del catalán una lengua de integración.