Junts per Catalunya y el PNV han rehecho los puentes que quedaron malogrados por la gestión del 1-O, en la cual el lehendakari, Íñigo Urkullu, tuvo un papel destacado como mediador, y han recuperado una interlocución fluida para reforzar una alianza que será clave en el Congreso. Después de dos encuentros en Bruselas y una a Bilbao, las dos formaciones hicieron pública su voluntad de impulsar desde las Cortes españolas «sus respectivos proyectos nacionales y políticos que promueven el bienestar de Cataluña y de Euskadi» y coordinarán sus votos, que son «imprescindibles» para la aprobación de las leyes, los presupuestos y todas las iniciativas gubernamentales y parlamentarias. De alguna manera, según apuntan expertos consultados por El Món, Junts y el PNV necesitan hacer frente común en el Congreso para actuar como contrapeso en la alianza de izquierdas de ERC y Bildu, e incluso el BNG, que durante la legislatura pasada consiguieron, por ejemplo, la ley de vivienda. Además, está para ver si ambas formaciones nacionalistas llevan este pacto más allá del Congreso y lo trasladan a otras instancias, como han hecho ERC y Bildu, que comparten grupo en el Senado y se presentan conjuntamente a las europeas.
Ferran Requejo, catedrático de ciencia política en la Universitat Pompeu Fabra, asegura que hacer un «bloque» los interesa a los dos, pero cree que no hay que reducirlo todo al esquema de derechas e izquierdas, o a centroderecha y centroizquierda, porque analíticamente es «muy reduccionista» y apunta que ideológicamente «hay motivos para sospechar que las alianzas pueden ir por otras vías», pero en cualquier caso se tendrá que ver como evoluciona «partido a partido, tema por tema, en una legislatura que tiene un futuro incierto». El profesor de ciencias políticas de la UOC Marc Guinjoan, por su parte, considera que este pacto «no deja de ser el mismo que tiene ERC con Bildu en el Congreso» y puede servir de contrapeso «ni que sea estéticamente». «A Junts, ahora que se ha puesto en la dinámica negociadora en el Congreso, le interesa mostrar que tiene aliados con quien se pone de acuerdo», pero cree que hay que esperar a ver como evoluciona el tándem.
Asier Blas, politólogo y profesor del Euskal Herriko Unibertsitatea (EHU), afirma que el acuerdo entre las dos formaciones hará de «contrapeso» a la relación entre republicanos y abertzales que cada vez está más consolidada y, por otro lado, según su opinión, cada vez tienen una visión «más pragmática» sobre el conflicto nacional. Él, al contrario que Requejo, sí que subraya que Junts y PNV «son los dos partidos que se sitúan fuera de la agenda hegemónica de las alianzas de izquierda que tiene Pedro Sánchez» y augura que tendrán capacidad de «moderar» algunas propuestas que vengan de los partidos que apoyan en el gobierno español. «Defenderán algo más esta agenda más centrista que de izquierdas», subraya.

Diferencias entre PNV y Junts
A pesar de que los dos partidos están situados en términos ideológicos similares, Requejo señala que entre el PNV y Junts «hay más puntos de cosas diferentes que de cosas que tienen en común» y resalta el “pragmatismo estatutario” de la formación vasca, que reivindica que se cumplan todas las competencias y transferencias, un compromiso que ha arrancado al PSOE para la investidura de Sánchez. Así mismo, recuerda que el País Vasco, a diferencia de Cataluña, tiene el tema económico «completamente resuelto» con el concierto. Por otro lado, pone énfasis a decir que el pragmatismo de Junts no es estatutario porque tiene la independencia como objetivo. Un argumento que también comparte Guinjoan, y señala que en el debate territorial es donde tienen «menos concordancia», pero cree que Junts, de alguna manera u otra, quiere escenificar que «no están solos» y el PNV «es un aliado atractivo y de éxito, de gobierno consolidado».
Asier Blas, por su parte, opina que el acuerdo ayuda el PNV a ponerse en la agenda vasca porque «vuelve a tener alianzas con nacionalistas y no mujer la imagen de ser solo un partido autonomista», un hecho que se produce antes de las elecciones vascas con unas encuestas «bastante malas» y con la posibilidad de perder las elecciones por primera vez en votos. «Al PNV en orden a su competencia interna a Euskadi le va mejor para apuntalar su candidato y mostrar relaciones normalizadas con nacionalistas», afirma. Así mismo, alerta que, según el resultado electoral, los nacionalistas vascos se pueden encontrar con una posición «muy débil» si aumenta su dependencia de los socialistas en el Parlamento vasco.
En este sentido, Mac Guinjoan considera muy importante que «no solo se tiene que tener en cuenta solo quién eres tú, sino con quién te peleas y quién son tus adversarios». El catedrático de ciencias Políticas de la UPF recuerda que Junts per Catalunya vive «con un tripartito implícito permanente» porque el acuerdo entre socialistas, republicanos y comunes se da en el ámbito estatal, pero también se ve como potencial acuerdo en Cataluña. Por otro lado, el PNV tiene un panorama completamente diferente, puesto que «tiene acuerdos con los socialistas y el adversario fundamental es EH Bildu». «A pesar de que se pueden entender en el ámbito de los valores, los objetivos, identidades e intereses, el contexto local en el cual se mueven es bastante diferenciado», concluye.

¿Es posible una lista conjunta a las elecciones en el Parlamento Europeo?
Los tres analistas tienen opiniones diferentes sobre si esta alianza entre los dos partidos se puede trasladar, como han hecho ERC y EH Bildu, en el Parlamento Europeo. Requejo señala que, si consiguen «presentarse como un bloque», no son descartables alianzas de este tipo de cara a Europa y, si se mantiene en la circunscripción única, acuerdos de lista y acaben compartiendo grupo parlamentario y actuante de forma «coordinada». Guinjoan, en cambio, lo ve poco probable, a pesar de que es del parecer que a Junts «le gustaría» ir del brazo con el PNV a las elecciones europeas, pero duda que los nacionalistas vascos lo acepten, como «partido de orden y de gobierno» porque, según él, se arriesgan a «algún disparate» de Junts si se presentan conjuntamente.
Paralelamente, el politólogo vasco recuerda que este debate ya se tuvo en la época de CiU porque «era una pelea entre gallos y los dos querían encabezar listas» y se muestra escéptico sobre las posibilidades de un acuerdo en este sentido, aunque cree que para dar «lógica» a la alianza tendrían que llegar a un acuerdo así, porque ERC y EH Bildu «irán en lista conjunta y continuarán construyendo esta alianza estratégica que hace años que construyen». «El PNV irá a las elecciones europeas con pies de plomo porque coincidirán con las elecciones vascas o serán en fechas próximas», apunta Marc Guinjoan.
Sin embargo, el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, ha descartado «taxativamente» esta posibilidad en una entrevista en El Món al considerar que tanto el PNV como su formación tienen «suficiente liderazgo en nuestros ámbitos territoriales». «Y todo el mundo ha visto nuestro liderazgo y el discurso y en el Parlamento Europeo», ha dicho en referencia al expresidente en el exilio, Carles Puigdemont. «Por tanto, es bueno tanto para nosotros como para el PNV, que seguro que también volverá a obtener representación, que cada uno haga su campaña», ha sentenciado.
Las elecciones vascas, la otra lectura de esta alianza
En este sentido, hay que entender que el PNV tiene «una urgencia» a resituarse al panorama político vasco como una fuerza nacionalista de cara a las elecciones vascas, subraya Asier Blas, y remarca el hecho que el partido haya propuesto Imanol Pradales de candidato a las elecciones vascas en sustitución de Íñigo Urkullu, que estos últimos doce años ha liderado un discurso «tecnocrático-populista» con poco contenido nacional. Una política que, según su opinión, ha allanado el camino a la izquierda abertzale, a quien le ha estado «muy fácil» transitar a posicionamientos pragmáticos respecto a un acomodo nuevo para Euskadi y concentrar el voto independentista porque no tenía rival en este campo. «El PNV el que quiere es empezar a disputar este espacio», concluye.






