El catalán ha resonado este miércoles en la ONU de la mano de Òmnium. El presidente de la entidad, Xavier Antich, ha denunciado en el marco del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas celebrado hoy en Ginebra que el Estado «sabotea» la aplicación de la ley de amnistía, ataca la soberanía del Parlamento y vulnera el modelo de escuela catalana. «Hay voces de alerta de países muy diferentes sobre vulneraciones de derechos civiles, políticos y lingüísticos en el estado español», ha dicho Antich en una comparecencia después de asistir al Examen Periódico Universal de España, donde varios estados han recomendado al Estado que garantice la independencia de su poder judicial, entre otros.

El presidente de Òmnium ha señalado la importancia de denunciar internacionalmente en la sede de la ONU las «carencias democráticas» y las «vulneraciones de derechos humanos» del Estado, asegurando que desde el gobierno español se promueve el espionaje político y las infiltraciones policiales. Además, ha insistido que su cúpula judicial, en lugar de fiscalizarlo, lo ampara y «sabotea» la aplicación de la ley de amnistía, actuando con «prevaricación» y «extralimitándose de sus funciones» haciendo política. También ha reiterado que ataca la soberanía del Parlamento y vulnera el modelo de escuela catalana.

Una respuesta «decepcionante» a unas preguntas pertinentes

Sobre las numerosas cuestiones que ha recibido el Estado en este Examen Periódico Universal, en temas como el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, Antich ha celebrado que varios países hayan destacado la «falta de independencia política del poder judicial» del Estado, además de aspectos como el «poco respeto» del derecho de protesta, asociación y reunión, e incluso menciones a la tortura y la falta de aplicación de la ley de memoria histórica. A su vez, el gobierno español ha optado por remarcar que la protección de los derechos humanos es “una prioridad” de su política y ha reiterado su “compromiso” con la justicia, la libertad y la igualdad. Esta respuesta ha sido calificada por el presidente de Òmnium de «muy decepcionante».

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